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Posts tagged "turkana"

Campaña de cirugía Española en Turkana

12 febrero 2024 Posted by MCSPA, Noticias 0 thoughts on “Campaña de cirugía Española en Turkana”

Un grupo de cirujanos españoles lleva 20 años realizando campañas quirúrgicas en Turkana. Este programa nace a raíz de la invitación de miembros de la Comunidad Misionera de San Pablo Apóstoles (MCSPA) a varios de ellos. Las campañas quirúrgicas se realizan en el Hospital de Referencia del Condado de Lodwar y en el Hospital de la misión en Kakuma, administrado por la Diócesis Católica de Lodwar.

Todos los años un equipo de 40 cirujanos viene a pasar un fin de semana en la Misión de Nariokotome, la casa madre de la MCSPA, antes de retomar la campaña de cirugía.

El fin de semana pasado, Scholastica Wamalwa, miembro de la MCSPA, dio la bienvenida a todos a Nariokotome y presentó a los demás misioneros que viven y trabajan en la misión. La Dra. Carmen Hernández agradeció calurosamente a todos por el esfuerzo realizado para que las personas con casos médicos y quirúrgicos en Turkana puedan ser atendidas. Hasta el momento se han realizado 20 campañas en las que se ha llevado a cabo más de 9.500 consultas médicas, 4.900 cirugías y muchas clínicas móviles. De hecho, el impacto en la comunidad local ha sido tremendo.

Al día siguiente, después de una colorida eucaristía presidida por el P. Zacchaeus Okoth, los doctores atendieron a 53 pacientes en el Dispensario de Nariokotome. La mayoría de enfermos eran de diferentes pueblos de la zona. El equipo de movilización hizo un excelente trabajo al garantizar que muchas personas con diferentes problemas médicos recibieran información sobre la visita de los cirujanos al dispensario; ¡la participación fue muy alta!

Durante el fin de semana se compartieron recuerdos, experiencias, amistad y se afianzó una cooperación de muchos años.

Nos gustaría a la MCSPA resaltar los esfuerzos del programa “Cirugía en Turkana” iniciado por la Dra. Elena Mendia y otros, y ahora dirigido por la Dra. Carmen Hernández Pérez, que junto con su marido, Joaquín Vázquez, y muchos otros, han puesto gran esfuerzo por mejorar de forma concreta la vida en Turkana.

¡Siempre es un honor para los misioneros recibir a los cirujanos!

 

Por Lydia Imbala, miembro de MCSPA, Misión Nariokotome.

 

 

Kokuselei, Turkana: Una Tierra donde Mana Leche y Miel!

1 noviembre 2022 Posted by Noticias 0 thoughts on “Kokuselei, Turkana: Una Tierra donde Mana Leche y Miel!”

En Éxodo 3, 17 encontramos este pasaje donde Dios no promete sacarnos de las aflicciones para llevarnos a un lugar mejor, una tierra que mana leche y miel. Que promesa más alentadora y llena de esperanza. En la misión de Kokuselei es una de las premisas que tenemos y que se nos fue dada cuando llegamos hace más de 15 años a esta misión.  

 

Desde los inicios nos hemos puesto en esta tarea, con las unidades nutricionales, el dispensario, la agricultura, perforación de pozos, construcción de presas etc. Pero desde el año pasado que conseguimos tener vacas estabuladas que están produciendo leche y este año con los apiarios hemos conseguido producir miel. 

 

¡Ahora Kokuselei es una misión que mana leche y miel!

 

No es mucho, pero estamos en camino… aún nos falta muchas cosas por hacer y sobre todo manos que se quieran unir.

 

La idea siempre ha sido que la gente se apropie de estas iniciativas y las hagan suyas. Que ellos sean los agentes de desarrollo, personas sencillas que se arriesguen, aunque sea difícil, a probar cosas nuevas.

 

Juntos los misioneros, los benefactores y la gente de la comunidad, estamos uniendo esfuerzos y dedicación para poder transformar el desierto en un jardín. 

 

Ahora los que están en mayor vulnerabilidad como los niños, los enfermos, las madres embarazadas tiene, huevos, leche y miel.

 

Gracias por confiar en nosotros 

 

Alexia Moreno MCSPA

16ª Graduación del Programa Surcos en el Desierto

14 diciembre 2021 Posted by Noticias 0 thoughts on “16ª Graduación del Programa Surcos en el Desierto”

El 10 de diciembre de 2021 tuvo lugar la 16ª graduación del programa “Surcos en el desierto” de la Misión Católica San Juan Evangelista-Lobur, con la Comunidad Misionera de San Pablo Apóstol (MCSPA) dentro del paraguas de Cáritas Lodwar de la Diócesis de Lodwar.

Una vez más, el curso ha terminado con una emotiva graduación celebrando el buen desempeño de los 13 nuevos agricultores. Contamos con la presencia de representantes de World Relief que colaboran con el programa desde hace muchos años y también estuvieron presentes varios miembros de la MCSPA de la misión de Kokuselei, que apoyan el programa de Surcos en el Desierto. La invitada de honor de este año fue Eva Laukamp, representante de Kindermissionswerk de Alemania, que nos acompaña después de seis años siendo uno de nuestros principales benefactores del programa. Queremos dar las gracias a todos ellos y también a los que no pudieron venir pero son tan importantes para el programa como TIPA, Rotary International, Fundación Emalaikat, New Ways UK y muchos otros a nivel local.

 

Además, aprovechando la graduación, muchos de los miembros de SITFA (Saint Isidore Turkana Farmers Association) tuvieron la asamblea anual y un taller de formación continua para mejorar y motivar a los agricultores a seguir perseverando y dando esperanza a los Turkana mostrando que producir alimentos es posible y real.

 

¡¡¡¡¡Enhorabuena a todo el equipo que hace posible este programa y especialmente a los nuevos agricultores!!!!!

Maque Falgas

MCSPA

Nuevo Quirófano para Lokitaung

14 octubre 2021 Posted by Noticias 0 thoughts on “Nuevo Quirófano para Lokitaung”

Hoy ha sido un gran día para Lokitaung y toda la población del condado norte de Turkana, ya que se ha inaugurado el nuevo quirófano.

El proyecto ha sido realizado por Blanca García, Esther Ciancas, y el equipo del Proyecto Oftalmológico Turkana (Spanish Eye Doctors), en colaboración con la Diócesis de Lodwar y la Comunidad Misionera de San Pablo Apóstol.

La inauguración se ha hecho coincidir con la celebración del día internacional de la visión, ya que en el nuevo quirófano se realizarán todo tipo de operaciones, incluyendo oftalmología.

La multitudinaria celebración ha contado con la presencia del gobernador de Turkana el Sr. Josphat Nanok y otros altos cargos del gobierno local, así como miembros del equipo oftalmológico, misioneros y gente de Lokitaung.

Desde aquí agradecemos el gran esfuerzo de años, a todos los que han hecho posible este sueño, las doctoras Esther y Blanca, la MCSPA y otros socios, además de todos los benefactores.

Esperamos que este nuevo quirófano de esperanza a mucha gente en Turkana y alrededores.

MCSPA

Programa de empoderamiento de las niñas

10 junio 2021 Posted by Noticias 0 thoughts on “Programa de empoderamiento de las niñas”

Como parte de los esfuerzos de la protección de menores, el P. Wycliffe está implementando un programa de empoderamiento de las niñas a lo largo del decanato del Lago (zona del lago del condado de Turkana) destinado a crear conciencia y prevenir el abuso sexual entre las adolescentes y las niñas.

Las niñas reciben formación sobre diversos temas y también reciben kits que contienen compresas, jabón, crema, mosquiteras y sandalias entre otros artículos.

 

 

 

 

 

Naranjas para Nuestros Niños

28 febrero 2021 Posted by Noticias 0 thoughts on “Naranjas para Nuestros Niños”

Como cada año por estas fechas en la misión de Nariokotome al norte de Kenia, junto al lago Turkana, solemos recoger diferentes frutas, unas veces son dátiles otras chirimoyas otras papayas o uvas y ahora ha sido el tiempo de las naranjas.

No es que sean naranjas de una gran calidad pero los niños de esta zona al ser las únicas naranjas que han probado en su vida, les parecen las mejores del mundo.

Solemos recoger unos 300 Kg y a parte de hacer un poco de mermelada para guardar durante el año, el resto las reglamos en las escuelas para que degusten los que sus padres o abuelos nos ayudaron a plantar hace 25 años.

P. Antonio Aguirre

Misión de Nariokotome

 

24 diciembre 2020 Posted by Noticias 0 thoughts on “”

La Comunidad Misionera de San Pablo Apóstol (MCSPA) les desea a todos Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo.

Un Sueño Hecho Realidad

12 octubre 2020 Posted by Noticias 0 thoughts on “Un Sueño Hecho Realidad”

En septiembre del 2017 tuvimos la gran suerte de ir a la misión de Kokuselei (Turkana) de la Comunidad Misionera de San Pablo Apóstol. Es de esas experiencias que nunca agradecerías a la vida lo suficiente. Habíamos tenido una vida en la línea de lo que consideramos normal, y decidimos hacer algo totalmente diferente. El llegar a Turkana fue como dar un salto a la edad de piedra. Nos esperaba unas temperaturas de día entre 40ºC a 42ºC, y circunstancialmente dos días con una lluvia torrencial muy esporádica que te sorprendía por lo rápidamente que desaparecía absorbida por una tierra permeable y el sol abrasador.
Conocer y disfrutar de esas personas, con unas características de resiliencia que tanto echábamos en falta en nuestro entorno, era una experiencia indescriptible. Impresiona la resistencia de los turkana y, sobre todo, de sus mujeres, que resisten estoicamente esas condiciones de hambre, epidemias y fenómenos meteorológicos. No pierden la calma, no hay desesperación; hay solo una mayor capacidad de luchar contra la adversidad.

Allí la gente viven del pastoreo de cabras y camellos, y con frecuencia se ven obligados a buscar nuevos exiguos pastos para el ganado. Nos sobrecogió sobremanera ver que, hasta llegar la ayuda de las misioneras y todavía hoy para la mayoría, la dieta alimenticia habitual de las personas consistía en una sola comida al día a base de sangre de una cabra, a la que cortan una vena del cuello que luego cauteriza, mezclada con leche de cabra. La ausencia de agua superficial obliga a conseguirla cavando hoyos en el cauce seco de los ríos que se forman con las lluvias, obteniendo un agua con barro que beben directamente.

Parecería que Dios se había olvidado de este territorio que pocos kenianos conocen, ya que, además de ser inhóspito, es uno de los reductos de la fiebre amarilla, lo que invita a mantenerse alejados. ¡Que lejos están de los anuncios de “Planifica el safari de tus sueños” que encontramos en las revistas!
Sin embargo, dos mil años después de hacer Jesús su travesía por el lago de Tiberiades y enseñarnos coherencia en Jerusalén, aparece en Turkana, para intentar construir el Reino de Dios, la Comunidad Misionera de San Pablo Apóstol en forma misionera. Su labor tiene como objetivo cambiar no solo las condiciones materiales y sino también las espirituales de estas personas abandonadas de la sociedad. Esta acción nos impactó tanto que decidimos continuar con la ayuda desde Madrid ante la imposibilidad de quedarnos allí.

Los objetivos marcados por las misioneras como base de acción no podrían mejores: sacar agua, introducir cultivos de alto contenido vitamínico, dar atención sanitaria la población, alimentar y educar a los niños, difundir métodos de cocinar nuevos y más ecológicos, construir espacios de convivencia, etc. Nos propusimos hacer un pozo o si fuera posible dos. Por otro lado, nos atraían los objetivos que tenían las misioneras de dar una especial atención al desarrollo de la mujer, y librarlas de la pesada tarea del acarreo del agua.

Quieren promover su dignidad, liberarlas de las supersticiones y nada mejor que difundir el mensaje liberador del cristianismo. En una palabra, de una forma callada, conseguir todo lo que se proclama con alharacas en los “Objetivos de Desarrollo Sostenible”, y que tan poco ponen en práctica los gobiernos.

Nuestro objetivo estaba en primer lugar en conseguir dinero para la excavación de un pozo, que luego fueron dos, por ser el elemento esencial para transformar este árido entorno en una tierra habitable. Y de este modo conseguir no solo el impulso de la agricultura y de la ganadería, permitiendo una gran variedad de cultivos y la crianza de animales para carne, sino también el cambio sustancial de las condiciones higiénicas de la población. Así se ayudaría a erradicar un elevado número de enfermedades y parásitos ligadas a la ausencia de limpieza corporal o a la utilización de agua contaminada para el consumo humano.

Primera fase:

En noviembre del 2017, las misioneras eligieron la zona para la excavación de los pozos y nosotros planteamos a nuestra Comunidad “Nuestra Señora del Recuerdo” la construcción de un pozo. La verdad es que no solo colaboró la gente de la Comunidad, sino que lo hicieron otros muchos amigos, y particularmente la “Fundación Mondarruego”, que se entusiasmaron con la construcción del Reino en Turkana al ver la posibilidad de cambiar la vida de muchas personas.

En diciembre del 2018 ya teníamos la excavación de dos pozos uno de 120 m y otro de 80 m de profundidad con unos caudales estimados al final de la perforación de 1.200 l/h y 6.000 l/h respectivamente.

Una vez realizadas las perforaciones, y sin esperar a la instalación de las bombas manuales, la alegría e impaciencia de la gente se desbordó y acudió al punto de agua, con sus bidones de colores.
Despejada ya la maquinaria, se instalaron las bombas manuales para la extracción de agua. Estas bombas no permitían una explotación del pozo más allá de la obtención del agua para beber, ya que la elevación manual del agua de 80 m y 120 m de profundidad requiere gran esfuerzo.

Segunda fase:

La solución, ya probada en otros pozos de gran profundidad, es usar bombas mecánicas eléctricas alimentadas por una instalación fotovoltaica. La dificultad estaba en conseguir unos recursos económicos mayores de los que habíamos empleado en la excavación de los pozos.

Desde diciembre del 2018 fue una constante búsqueda de ayuda. ¡Era una desesperación tener allí el agua, la necesidad de utilización para el ganado y poner huertas en los alrededores y no encontrar ninguna entidad que nos ayudase! Enviamos solicitudes, sin éxito, con amplios y detallados formularios sobre la segunda fase del proyecto: definición técnica, situación y beneficiarios, tipo instalación de sistema de extracción y aprovechamiento del agua. Desarrollamos cada uno de los puntos que exigen los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) adoptados por las Naciones Unidas en 2015. Se cuantificaba cómo se luchaba íntegramente contra la pobreza extrema, cumplían las tres dimensiones esenciales del desarrollo sostenible: económica, social y ambiental. Todo era dificultad y puertas cerradas.

Felizmente, cuando la desesperación era grande, en noviembre del 2019, Dios nos dirigió a la “Fundación Acoger y Compartir” promovida por los Redentoristas, que tiene proyectos en África y Sudamérica. En unas tres semanas estudiaron el proyecto y aceptaron hacerse cargo de esta fase. Sólo ver el proyecto se dispusieron a ayudarnos y asumir el proyecto para todo lo que se necesitase. De tal forma que se hicieron todos los pagos entre el mes de diciembre del 2019 y enero del 2020. Nos aportó además una extraordinaria ayuda Alberto González Moreno (experto en temas de instalaciones y calidad de agua del Canal de Isabel II) que ha supuesto un valor inmenso.

Con la ayuda de Alberto se ha procedido también a diseñar un sistema de control periódico de la calidad del agua, vigilándose aquellos aspectos que más directamente afectan a la salud de personas y animales: pH, contenido de nitritos, amonio, hierro, e-colies, etc. Este procedimiento de análisis se les enseñará a hacer, para todos los pozos de la misión, tan pronto podamos ir a Turkana.

Como decíamos, la financiación requerida en esta fase era aún mayor que la de la primera, ya que al precio de las bombas y las placas solares había que añadir el coste de los depósitos de regulación (dos de 5.000 litros en cada pozo), y el coste de construcción de fuentes y abrevaderos.

Las condiciones de aislamiento de la zona hacen difícil el cumplir los plazos, y este año se complicaron con la aparición del Covid-19. Aún así, los trabajos se acabaron en mayo del 2020, procediéndose a la inauguración en un animado acto.

En uno de los pozos, cercano a unidades familiares y mayor caudal, se ha conseguido habilitar una instalación de distribución de agua hasta siete poblados; en ellos han puesto una fuente. Así tendrán la posibilidad de tener su propio abrevadero y huerta. Los beneficiarios han costeado las tuberías que forman los ramales que salen del eje de distribución.

Con el fin de implicar a las familias en el buen uso del agua y conseguir un remanente financiero para reparaciones y la compra de consumibles del control de calidad, se ha constituido un Comité del Agua, integrada principalmente por personas de la tribu, encargado de organizar la asistencia a los abrevaderos, la vigilancia del uso de las instalaciones, el cobro a cada familia por el uso del agua, resolver problemas etc. El link de los videos está en https://youtu.be/JSK38x4f-iA

Mª Carmen Matilla y José Carlos Rubio

Visita del Embajador de España a Turkana

12 febrero 2020 Posted by Noticias 0 thoughts on “Visita del Embajador de España a Turkana”

Javier Garcia De Viedma, El embajador de España en Kenia, ha visitado recientemente a la Comunidad Misionera de San Pablo Apóstol en las misiones de Lobur y Nariokotome (Turkana, Kenia). Allí ha podido ser testigo de los diferentes proyectos que los misioneros están llevando a cabo, tanto en el campo de la educación, la salud, el agua y la agricultura, entre otros. También ha podido visitar el monumento al fósil del “Niño de Turkana”.

Han sido dos días muy intensos donde nos ha faltado tiempo para poder enseñarle más cosas en esta zona del norte de Kenia.

Esperemos que vuelva!

P. Antonio Aguirre MCSPA

Los Pequeños Gestos y la Mirada Hacia el Otro: Lillian Omari

31 octubre 2019 Posted by Noticias, Testimonios 0 thoughts on “Los Pequeños Gestos y la Mirada Hacia el Otro: Lillian Omari”

Nunca en mi juventud me había planteado visitar Turkana, y mucho menos me había imaginado que un día estaría viviendo aquí. Tampoco pensé que podría llegar a hablar o escribir en otros idiomas aparte del swahili e inglés. Y es que un mundo absolutamente nuevo se abrió ante mí gracias a la Comunidad Misionera de San Pablo Apóstol (MCSPA) y especialmente al padre Francisco Andreo, el fundador, y al padre Francis Teo, quienes me invitaron a participar de su visión y experiencia. Así pude ver las cosas con otros ojos y descubrir en mi vida el valor de dirigir mi mirada hacia los otros y darnos a ellos a través de los pequeños gestos, descubriendo de este modo a Jesús: “Porque tuve hambre y me disteis de comer; tuve sed y me disteis de beber; fui forastero y me recogisteis; estuve desnudo y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí”. (Mateo 25:35-36).

En aquel tiempo viajar dos días por carretera era algo que solo algunos locos podían hacer. Además, era muy aventurado ir a un lugar como Turkana teniendo en cuenta que la gente del sur de Kenia, como yo, no conocía su historia ni su cultura, incluso muchos ni siquiera saben que es una región que forma parte de Kenia.

Yo crecí en Nairobi, y tuve la suerte de pertenecer a una familia generosa y muy católica. Tuvieron que trabajar muchísimo para lograr que todos sus hijos disfruta- sen de una educación decente, comida en la mesa cada día, y se convirtieran en buenas personas.

Viviendo en ese entorno, crecí creyendo en algunos valores: había que estudiar mucho, obtener buenos resultados, bus- car un buen trabajo, ayudar a nuestros padres y hermanas para que tuviesen una vida mejor, casarme y seguir haciendo lo mismo con nuestros hijos, y ellos como nosotros con ellos. Nunca pensé que ve- ría las cosas de otra manera. Pero ese viaje a Turkana me sirvió para desmontar los prejuicios que tenía sobre mi propia familia, como pensar que éramos los más pobres del barrio porque no teníamos coche o no comíamos carne cada semana… Hasta que vi la pobreza que había en Turkana, y me di cuenta de que éramos privilegiados.

Conocí a la MCSPA gracias a mi primo George Ouma, que en aquel tiempo vivía con los misioneros, con el padre Francis, en concreto, y quería ser sacerdote como los demás misioneros. Él vino a mi casa y nos contó lo que estaba haciendo en Turkana y de ahí me dieron muchas ganas de ir. Eso sí, solo a conocer ese lindo pero extraño lugar llamado Turkana.

El viaje fue muy, muy largo. Los dos días de camino parecían interminables. El padre Fernando Aguirre conducía un cuatro por cuatro. ¡Era la primera vez en subirme a uno, solo los había visto en películas! El coche iba lleno hasta los topes de comida, medicinas, muebles, pollitos, árboles… y en un pequeño espacio atrás cabíamos cuatro personas más. Viajamos con unos chicos de Turkana, Napocho, Ekalukan y Morita. Ellos me explicaban pequeñas anécdotas de Turkana. Esas historias me dieron ánimo e ilusión para continuar el viaje y poco a poco se me fue quitando el miedo inicial y los prejuicios sobre este lugar tan remoto.

Recuerdo que paramos a mitad de camino y el padre Fernando, Natalia, una de las misioneras, y los chicos sacaron un cesto, y de repente montamos un estupendo pícnic con tortilla española, jamón, mangos y agua. ¡Una comida completa! Este fue otro pequeño gesto que me hizo cambiar mi forma de pensar. Nunca había pensado en llevar comida para un viaje, siempre suponía que podías parar e ir a una tienda y comprarla… Ante mi sorpresa, el padre Fernando me dijo: “Y aunque tuvieras dinero, Lillian, ¿dónde están las tiendas para comprar la comida? Si quieres ser una buena misionera tienes que estar preparada para pensar en los demás primero antes que en ti”.

Ya en el camino que se adentraba en Turkana el paisaje era muy seco y solitario y solo veíamos algunos camellos y cabras cruzando la carretera de vez en cuando y grupitos de cabañas hechas con ramas. Los chicos me explicaron que eran las casas de la gente, y pensé: “¿Pero a dónde me están llevando? ¡Esto parece el n del mundo!”. Finalmente llegamos a la misión de Nariokotome. Ahí, después de dos días viajando, vi gente que llevaba ropa y hablaba un idioma que podía entender.

Y casas por primera vez. Sacamos todas las cosas del coche y me llevaron a una casa con una de las misioneras, que me anunció: “Esta es tu habitación, dúchate. Dentro de una hora comemos y luego te vas a descansar“,suspiré y me retiré a mi habitación.

Minutos después escuché “¡Emergency, emergency!”. Vi a Natalia, que, además de misionera, era médico, corriendo hacia el coche. Salí fuera y pregunté: “¿Qué pasa?”. Me dijo: “Sube, vamos, hay que atender a una madre que no puede dar a luz”. Subí pitando al coche y ella condujo como los que van al Safari Rally, hacia la montaña de Riokomor, saltando por los baches. Al llegar encontramos una señora embarazada que hacía dos días quería dar a luz, pero estaba muy anémica y no tenía apenas fuerza. La misionera cogió el cesto del coche, preparo un té con mucho azúcar, se lo dio a la señora para beber e inmediatamente la pusimos en el coche y salimos de nuevo hacia el dispensario de Nariokotome.

Después de 40 minutos por los caminos de piedras y tierra, los que iban atrás del coche nos hicieron parar: ¡el bebé había nacido! No entendí nada, pero es- taba muy contenta porque la vida de la madre y la del hijo ya no estaban en peligro. Cuando llegamos a Nariokotome, Natalia me explicó que gracias al té con mucho azúcar y a los botes del coche la madre pudo reunir fuerza suficiente para dar a luz al bebé. Como estas anécdotas se dieron muchas durante mi estancia, y definitivamente me hicieron pensar mucho y ver las cosas diferentes a cómo las veía antes.

Estuve en la misión dos meses ayudando donde podía, en la cocina, en el huerto, en la clínica móvil, en el centro de nutrición, limpiando… Desde el primer día me sentí como una más de ellos y no como una visitante, a pesar de que eran gente de diferentes países: kenianos, colombianos, venezolanos, españoles… Había algo que les unía, todos se querían.

Volví a Nairobi y empecé a estudiar. Unos seis meses después, cuando ya me había olvidado un poco debido a la vida del día a día, llegó mi primo y me preguntó si quería ir a una misa a la que los misioneros me invitaban. Pensé: “¿Para qué tengo que ir a misa si tenía pensado ir el domingo?”. Aún así, fui. Ahí estaban el padre Francisco (Paco) y el padre Francis. Fue una misa sencilla con gente sencilla. Y sin embargo sentí algo que no sé explicar. Algo pasó dentro de mí que me devolvió la misma felicidad que experimenté durante los dos meses que estuve en Turkana la primera vez.

En aquel momento no podía decir que tenía vocación de misionera. Pero esa felicidad, el aprender la importancia de los gestos a los demás, el dirigir la mirada hacia el otro fueron cosas que me hicieron replantearme lo que quería hacer y ser.

A través de esas pequeñas experiencias descubrí el tesoro que había en Turkana con la Comunidad Misionera de San Pablo. La invitación a la misa en Nairobi aquel día entre semana, la motivación de los padres Paco y Francis al pensar en mi y preocuparse de invitarme, y después la chispa que encendió esa luz en mi interior, y que poco a poco se iba avivando a través de personas que no solo no pensaban en ellos mismos, sino que querían compartir esa felicidad conmigo y con otros. Creo que este conjunto de pequeños gestos, personas, motivaciones, acabaron de despertar esa llamada misionera en mí. Si no me hubieran invitado a esa misa, creo que hubiera seguido haciendo lo que todo mundo hace: estudiar, trabajar, ayudar a la familia, casarme y tener hijos. ¡Gracias a Francis por invitarme a esa misa que movió algo en mi!

Esa llama en mi interior, avivada por las personas que me han rodeado en estos 18 años, ha sido la motivación que me ha llevado a ser quien soy y estar donde estoy ahora, en la misión de Nariokotome.

Me gustaría que Dios me ilumine y me dé fuerza para compartir todo lo que he ido aprendiendo en este camino, como dice la plegaria de San Francisco de Asís: “Haz de mí un instrumento de tu paz”. Todo lo que hago es gracias primero a Dios por darme la vida, a mi familia, a la Comunidad Misionera de San Pablo Apóstol, y también al apoyo que me aportan todos mis amigos en España, Kenia, Singapur, Malasia, Alemania… Ellos nos apoyan con su amistad, oraciones y económicamente para poder hacer todo este trabajo.

Durante estos años he vivido multitud de experiencias, a veces buenas y a veces malas. He visitado y vivido en países muy diferentes (Etiopía, Colombia, Alemania), con gentes y lenguas muy diferentes, y todo eso me ha hecho ser, humildemente, mejor persona y motivarme para intentar compartir mi felicidad de encontrar a Jesús en los otros a través de los pequeños gestos, volviendo mi mirada hacia los otros. Espero que mi experiencia pueda ayudar a otros a encontrar esa misma felicidad, llevando siempre la sonrisa de Dios a todas partes.

Lillian Omari, MCSPA

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