Una jornada de 25 años
Este año será mi 25 aniversario como miembro de la Comunidad Misionera de San Pablo el Apóstol (MCSPA). Voy a intentar contar como comenzó todo y como han sido estos últimos años.
Un buen día en 1983, unos amigos me invitaron a asistir a catequesis para preparar la Confirmación en la parroquia San Nicasio en Gavà (Barcelona) y desde ese momento, sucedieron muchas circunstancias me animaron a frecuentar la parroquia. En primer lugar, el padre Francisco Andreo, párroco entonces, nos pidió que cuidáramos de un grupo de niñas gitanas que vivían en un vecindario marginado situado cerca de la parroquia. Comenzamos por buscarles una escuela y llevándoles al médico; además, solían pasar los fines de semana y vacaciones con nosotros.
En segundo lugar, el padre Francisco nos pidió cuidar a una anciana que tenía tres nietos jovencísimos que dependían de ella. Le ayudamos a limpiar su casa y le dábamos de comer, comida proveniente de familiares y amigos. Fue aquí, ayudando a los demás con mi grupo de la parroquia, que comencé a sentir que había encontrado un grupo de personas con quienes podía hacer cosas que significaban algo para mí.
Cuando en 1988, el padre P. Francisco y algunos de los jóvenes del grupo de la parroquia decidieron irse como misioneros a Turkana en el norte de Kenia, pensé que iba a perder a este grupo de personas con el que me sentía identificada. No podía quedarme sin hacer nada. Tomar una decisión fue difícil pero finalmente decidí dejarlo todo atrás para unirme a ese pequeño grupo que más adelante sería la MCSPA. A través de ellos descubrí la llamada de Jesús y entendí que Él quería que le siguiera a través de estas personas.
Debido a una enfermedad crónica que tuve, la cual no tiene cura todavía, no pude ir a África durante mucho tiempo. Sin embargo, tuve la suerte de poder cuidar a Pau Bernabé, un niño Turkana con parálisis cerebral que vivió nueve años conmigo en España. Cuidar a Pau me ayudó a apreciar lo que tenía, apreciar lo que Dios nos da a cada uno de nosotros, perseverar en mi vocación y en el compromiso que había adquirido. Durante este periodo, hice mías las palabras de Santa Teresa de Jesús – “La paciencia todo lo alcanza” – con el deseo que algún día sería capaz de volver a África.
Unos años después con el permiso de mi médico, pude vivir dos años Nairobi. Luego con otros miembros de la comunidad abrí una nueva misión en Méjico DF: establecimos un Centro Materno-infantil en el distrito del Ajusco y comenzamos a cuidar a los niños con el objetivo de aportarles una vida mejor. Estuve 10 años en Méjico.
Finalmente ahora, en Etiopia, me encuentro al cargo de una misión situada en sur-oeste del país, donde estaré hasta que Dios desee que me mueva a algún lugar que este más necesitado.
Espero que mientras me encuentre en Etiopía sea capaz de ver los frutos de nuestra presencia: niños y jóvenes que se nos acercan con la esperanza que un día decidirán dejar todo atrás para seguir a Cristo a través de nosotros. Esto ya sucedió en Méjico donde conocimos algunas jóvenes mujeres que ahora son miembros de MCSPA y actualmente viven en Etiopía, algunas de ellas creían a veces no ser capaces de ser misioneras como nosotras pero a través de nuestro ejemplo, plantamos una semilla en ellas que les hace ser mejores y les permite continuar hacia adelante.
Estaría mintiendo si dijera que ha sido un camino de rosas; también han existido momentos de decepción y desamparo. Por otra parte, el balance es definitivamente positivo: ha habido más momentos de felicidad que de tristeza, y he recibido más de lo que he dado.
De lo que estoy convencida es que Dios me llama pese a mi enfermedad crónica.
Me quiere viva: podría estar ahora mismo en los brazos de Jesús, disfrutando de su Reino, pero no lo estoy. Me quiere aquí, sirviéndole, para que con mi pequeña contribución pueda aliviar el sufrimiento de aquellos que ha puesto en mi camino.
Finalmente me gustaría agradecer a Dios por su llamada para que le siguiera a través del Padre Francisco y el resto de los miembros de la MCSPA. Me gustaría también agradecer a cada uno, desde el primero hasta el último, de aquellos que siguen aquí y de los que nos han dejado, porque cada uno de ellos ha tenido un enorme impacto en mi vida.

Situación Actual
La MCSPA está trabajando en 5 de los 24 kebeles de la woreda de Wuchale, en áreas distintas como la nutrición, la agricultura y los recursos de agua, especialmente pozos a cada 5 familias, ayudándoles así a producir su propia comida en la época de sequia.

Logros
El programa de desarrollo integral en Muketuri incluye las siguientes actividades:

Nutrición y educación

En 2008 se abrió un centro materno-infantil en Muketuri que proporciona educación y alimentación a 300 niños entre 4 y 6 años.
En 2009 se abrió una unidad nutricional en Machela Andode que está a 5km de Muketuri que proporciona educación y alimentación a 62 niños entre 2 a 6 años.
6 niños con necesidades especiales reciben 2 comidas al día y cuidado especial.
72 gemelos reciben alimentación especial para mejorar su salud y peso cada mes.

Recursos acuíferos

Han sido construidas dos presas de roca para almacenar agua durante la época de lluvias que es usada durante la época de sequia para el ganado y la población.
Se han cavado 56 pozos manuales de agua en 6 kebeles diferentes.
Se han perforado 2 pozos profundos de 83 y 90 metros, para regar los cultivos y para consumo de la población.

Agricultura y ganado

Aproximadamente se han plantado 1.000 árboles frutales (Manzano, peral, melocotonero, almendro y cerezos).
Se han creado 3 parcelas de cultivos de 1 hectárea cada una que producen hortalizas para las guarderías.
Producción de cereales durante la época de lluvias en una área de aproximadamente 2 hectáreas.
12 vacas que producen leche para 320 niños.
100 gallinas que producen huevos.

Por otro lado se proporciona formación en agricultura a la población, se distribuyen árboles frutales y semillas de verduras para aquellos que asisten al curso y finalmente se hace seguimiento de los huertos que han hecho los beneficiarios de esta formación en sus tierras.
Desde 2009, 540 mujeres y hombres han recibido la formación en agricultura, sanidad y nutrición.

Sanidad

20 personas han sido derivadas al hospital de Addis Ababa.
370 niños reciben un chequeo medico cada 3 meses.
Ayuda, en algunos casos, en operaciones de cirugía.

Los objetivos futuros de la misión serán los siguientes:

Mejorar el acceso al agua para la gente y sus rebaños a través de los pozos y las presas.
Mejorar el acceso a la alimentación a través de la formación en agricultura y el establecimiento de cultivos permanentes.
Continuar el programa nutricional en Muketuri y Mechela Andode.
Continuar la formación de profesores y cuidadores.

Localización Geográfica

El valle de Angar Guten se encuentra en la región de Oromia, al este de Wollega, en el distrito de Gidda-Kiramu. Tiene una extensión de 15.000 km cuadrados. En el sur, hace frontera con Nekemte, la ciudad más importante de la zona, que tiene una población de 80.000 personas aproximadamente y está a 331 km del oeste de Addis Ababa, la capital de Etiopía.

El valle, de 1.380 metros de altitud, toma su nombre del río Angar, que cruza el valle por el sur hasta la ciudad principal, Guten.
Está formado por tierra volcánica fértil. La pluviometría de los últimos 10 años ha sido de 1.290 mm/año y la temperatura es de entre 31ºC (máxima) y 14ºC (mínima). Solo llueve durante la época de lluvias que suele ser de abril a septiembre. Durante la estación de seca de octubre a marzo, la sequía afecta gravemente a toda la región y a su población.
La carretera que va de Addis Ababa a Nekemte está casi completada, y se tardan aproximadamente 8 horas en recorrer los 331 km que separan ambas ciudades.

Beneficiarios

Los beneficiarios directos del Programa de Desarrollo Integral en Angar Guten son alrededor de unas 49.500 personas. Los beneficiarios indirectos son aproximadamente 85.000 personas, que es la población total del Valle de Angar Guten.

Actividades de la MCSPA en Angar Guten Valley

El Programa de Desarrollo Integral en Angar Guten incluye las siguientes actividades:

Sanidad

Clínica en Angar Akababi inaugurada en 1993
Punto de salud en Andode establecido en 1998
Punto de salud en Fite Bako establecido en 2000

Guarderías

Guardería inaugurada en Guten en 1996 que provee educación y alimentación a 130 niños.
Guardería inaugurada en Gida en 2002 que provee educación y alimentación a 170 niños.
Guardería inaugurada en Andode en 2005 que provee educación y alimentación a 100 niños.

Recursos acuíferos

Cuatro presas de roca construidas para almacenar agua durante la época de lluvias, que será después utilizada durante la estación seca.
Pozos de agua manuales en las guarderías y puntos de salud.
Creación de más pozos de agua manuales para familias en Andode.

Agricultura

Arboles frutales y huertos en los 3 puntos de salud y en las 3 guarderías.
Producción de cereales durante la época de lluvias en una área de aproximadamente 5 hectáreas y plantación de 2.500 arboles frutales en Andode.
Formación en agricultura de los habitantes del pueblo, distribución de arboles frutales y semillas para las personas que asisten a la formación; seguimiento de los huertos y plantaciones de estas familias beneficiarias de la formación.

Planes de futuro

Continuar con todos los proyectos iniciados.
Capacitación de las madres de los niños que asisten a la guardería de Guten.
Hacer 10 huertos más.
Plantación de más arboles frutales y una plantación para alimentar a los niños de todas las guarderías de la MCSPA en el Valle de Angar Guten.

A comienzos del año 2012, el Padre Francis Teo y dos colaboradores de la Comunidad Misionera de San Pablo Apóstol (MCSPA) llegaron por primera vez a Filipinas para mirar las posibilidades de llevar a cabo futuros estudios y planes de formación aquí. En junio de 2012, definitivamente un grupo de 4 personas (un sacerdote y tres colaboradores de la MCSPA) alquilaron una casa en las cumbres de Loyola, en la ciudad de Quezon, Metro Manila, Filipinas. El lugar en el cual este grupo inicial se estableció se encuentra sobre la jurisdicción de la Diócesis de Cubao. Más colaboradores llegaron a Filipinas en 2013. El Padre Steven Ochieng junto con dos colaboradores más también llegaron en julio del año 2014 para realizar estudios. La Universidad de Santo Tomás (UST) fue la Institución de referencia para que sacerdotes de la MCSPA y sus colaboradores cursaran estudios de Derecho Canónico, Gestión de la Educación y Liderazgo y en Filosofía. Algunos de los colaboradores se matricularon también en clases de español.
Desde agosto de 2015, hay 8 personas que viven en la casa de la ciudad de Quezon.

Desde 2013, las clases de recuperación se llevaron a cabo por los colaboradores para ayudar a los niños de un barrio pobre de las montañas de Loyola, con especial énfasis en Inglés y Matemáticas.
Los sacerdotes han estado ayudando con el trabajo pastoral de la parroquia local (Nuestra Señora de Pentecostés). Realizan apostolado de animación misionera con individuos y grupos dentro y alrededor de Metro Manila y otras partes de Filipinas.
A pesar del horario de estudio a tiempo completo de los miembros y colaboradores, la MCSPA ha comenzado a participar en los centros comunitarios gestionados por otras comunidades religiosas en dos grandes áreas marginales de Manila: Parola y Payatas. En estos centros, los colaboradores ayudan con clases de refuerzo para niños y jóvenes de estos barrios pobres. Además, enseñan a los niños y jóvenes en la catequesis para la preparación para el bautismo y la confirmación, visitan a las familias de estos niños, y establecen planes para ampliar la naturaleza de la asistencia que la MCSPA está proporcionando a estos centros comunitarios. Los sacerdotes de la MCSPA también celebran misas por las familias beneficiadas en el centro en Parola. En febrero, un desastroso incendio estalló en un área de Parola; la MCSPA impulsó el apoyo con dinero y en especie para las familias afectadas, que sumaban varios miles.
La presencia de miembros de la MCSPA en Filipinas tiene una triple finalidad:
1. Que la casa en Manila sea un centro para los miembros y colaboradores de la MCSPA para hacer estudios de post-grado en diferentes campos y otros estudios para obtener títulos de filosofía y teología;
2. Que Manila sirva como base para las actividades de sensibilización misionera de la MCSPA en Asia;
3. Que la casa en Manila actúe como una base para el trabajo de la promoción profesional de la MCSPA no sólo en Filipinas, sino también en otros países Asia. Otros países de Asia, donde la MCSPA ya está activamente haciendo trabajo de animación misionera y actividades de promoción vocacional son Filipinas, Malasia, Singapur, Indonesia, Hong Kong, Corea del Sur y Japón. Por lo tanto, la presencia de miembros de la MCSPA en Manila actúa como un puente entre los individuos y grupos en estos países, por un lado, y las misiones de la MCSPA en África, por el otro.

Localización Geográfica

Nyangatom es un área de muy difícil acceso. Está situada en la parte más al sur de Etiopía, en la frontera con Sudán del Sur y Kenia. Los pocos caminos que hay en el área están en muy malas condiciones y solo es posible transitar por ellos con vehículos 4×4 apropiados para el difícil terreno. Durante la estación de lluvias los caminos se vuelven completamente intransitables a causa del barro y el agua acumulada, paralizando las comunicaciones terrestres por completo. La topografía consiste en una extensa llanura de tierra arcillosa, con varias cordilleras montañosas volcánicas de oeste a norte. La región se encuentra dentro del Rift Valley, con altitudes que van desde los 2000 metros como las cumbres del monte Naita al oeste en la frontera con Sudán del Sur hasta los 380 metros de altura al este en la ribera del río Omo.

Beneficiarios
 Directos: Unos 10.000 Nyangatom que viven a los alrededores de la frontera con Kenia.

Indirectos: Una población de unos 5.000 turkana que viven a lo largo del triángulo de Ilemi, quienes también se verán beneficiados de la situación de paz, uno de los objetivos principales que persigue el proyecto.
De todos modos, la envergadura de este proyecto a largo plazo es emprender una evangelización integral de todas las comunidades que viven en el suroeste del bajo valle de Omo en el Vicariato Apostólico de Jima-Bonga. Esto comprende los Nyangatom y los Surma (unos 30.000 en total) como también asistir en la atención pastoral de las comunidades nómadas de los Nyangatom (unas 40.000 personas en total) quienes viven en la frontera con Sudán del Sur en la Diócesis de Torit.

Trayectoria
La presencia de la MCSPA en el Vicariato Apostólico de Jima-Bonga se remonta al año 2001, cuando el Arzobispo Silvano Tomasi, el entonces Nuncio Apostólico de Etiopía, pidió al fundador de la comunidad, el Padre Francisco Andreo, abrir una Misión el suroeste de Etiopía, para conectar las Misiones de la Comunidad Misionera de San Pablo Apóstol en el norte de Kenia con esta zona de Etiopía en la búsqueda de la paz. El Arzobispo Tomasi, 
vio en esta iniciativa una oportunidad para el crecimiento de la Iglesia Católica en Etiopía (actualmente, menos de un 1% de la población es Católica) yendo a estas extensas zonas del sur-oeste del país, como nyangatom, donde hay una presencia mínima de la Iglesia Ortodoxa y la mayoría de la población son animistas. Toda esta zona es muy remota y están en una situación de carencia extrema y necesitan de nuestra solidaridad y caridad Cristiana. Desde entonces, la MCSPA ha trabajado en el vicariato apostólico desarrollando diferentes programas de desarrollo; un centro materno-infantil en Mizan Teferi, una unidad nutricional en Gacheb y un proyecto de agricultura a pequeña escala para las familias relacionado con la excavación de presas en cada granja. En el año 2009, el actual Vicario Apostólico de Jima-Bonga, Monseñor Markos Gebremedhin, pidió a la Comunidad Misionera de San Pablo Apóstol abrir una segunda Misión en el Vicariato. Desde entonces los miembros de la MCSPA han estado en contacto con las comunidades Nyangatom. A través del diálogo con los ancianos de la comunidad y autoridades locales, se ha podido apreciar que uno de los principales problemas que afecta a los Nyangatom y a los turkana es la falta de agua y la inseguridad. durante los viajes de visita que realizaron los miembros de la MCSPA, los ancianos expresaron su deseo de que la Iglesia Católica sí se estableciera en toda la zona para ayudar a las comunidades Nyangatom. En diciembre de 2012, el Obispo de Lodwar, Monseñor Dominic Kimengich (de la Diócesis vecina de Jima-Bonga por el sur) invitó a otros obispos de las regiones fronterizas de Turkana (Kenia) para el Jubileo de Plata de la Diócesis de Lodwar. Con la ocasión de esta celebración, pidió a los miembros de la MCSPA organizar la primera conferencia para la Evangelización y la Paz entre las fronteras de la cuenca del Lago Turkana, con el objetivo de juntar a las diócesis católicas vecinas de los diferentes países fronterizos para comenzar un programa para la paz y evangelización trans-fronteriza.

Situación Actual
En abril de 2013 un catequista comisionado de la tribu de Turkana de la Diócesis de Lodwar fue enviado a trabajar a Nyangatom. Desde enero de 2014, dos sacerdotes miembros de la MSCPA, que han estado trabajando en la Diócesis de Lodwar durante 12 años, han decidido dedicarse íntegramente a este apostolado.

Logros

En julio 2014 se realizó un estudio de las necesidades básicas de la población a través de 250 entrevistas en los nueve poblados importantes de la área de Nakwua.
En julio 2014 se realizaron 4 pozos de agua.
Se estableció un campamento semipermanente en Kakuta con edificios locales, tiendas y una letrina para que los agentes pastorales puedan de manera temporal en la zona hasta que se pueda establecer una misión permanente.

Los objetivos de la Misión son los siguientes:

Mejorar el acceso al agua para la población y sus rebaños a través de la excavación de pozos de agua y presas.
Asegurar la alimentación de la población a través de la formación de los locales en agricultura para que puedan establecer sus propios huertos permanentes.
Mejorar el estatus de la nutrición a los más vulnerables a través del establecimiento de guarderías.
Mejorar la sanidad animal ofreciendo formación medica y botiquines a 18 pastores de diferentes poblaciones.
Formación de locales en algunos aspectos como la salud animal, la higiene y sanidad, practicas agrarias, problemas con el cruce de fronteras, paz y resolución de conflictos.
Mejorar la educación dando clases de ingles y educación para adultos.
Promocionar la paz a través de diversas iniciativas.

Además se pretende evangelizar a la población a través de la Iniciación Cristiana de Adultos, cuidar la salud pastoral de los cristianos, la formación de más agentes pastorales y dando catequesis a adultos y niños.

Introducción
El Condado de Turkana, con una extensión total de 77.000 Km2 es uno de los condados más extensos de Kenia. Es una región semi-árida situada en el noroeste de Kenia, en la frontera con Uganda, Sudán del Sur y Etiopía; habitada en su gran mayoría por una población de pastores semi-nómadas. Turkana está completamente aislado del resto del país por una cordillera montañosa y el Lago Turkana, de aguas alcalinas. Turkana es, en términos generales un área de extrema pobreza. La población aproximada, de 1.000.000 de personas, depende en gran medida de sus animales: vacas, burros, cabras, ovejas y camellos (leche y sangre) para su supervivencia. Las infraestructuras y servicios de cualquier tipo: agua, carreteras, comunicaciones, educación, salud, etc. son casi inexistentes o se encuentran en muy malas condiciones. La escasez de lluvias en la región es la principal causa de hambruna de la zona, lo que supone una amenaza constante a la población local.
Trayectoria
Desde 1987, la Comunidad Misionera de san Pablo Apóstol ha estado desarrollando varios programas de desarrollo, tratando de proveer y asegurar las necesidades básicas de la población del norte de Turkana. El primer proyecto en llevarse a cabo fue el Dispensario de Lowarengak, situado en las proximidades del lago Turkana, a unos 50 Km del sur de la frontera de Etiopía con Kenia. Este proyecto lleva en funcionamiento hasta la actualidad, y se ha integrado un programa de salud que incluye 4 dispensarios permanentes y una clínica móvil para atender las necesidades sanitarias de la población nómada en 24 puntos de la región.
Las contrapartes presentes
Bajo el paraguas del Programa de Atención Primaria de Nariokotome en la actualidad hay cuatro dispensarios satélite operativos: Nariokotome, Nachukui, Kokuselei y Todonyang. Bajo esta unidad, también se incluye la clínica móvil que opera desde el dispensario de Nariokotome que abarca 24 comunidades nómadas, realizando revisiones médicas y atendiendo a 3.000 niños en los centros nutricionales y en las escuelas primarias dentro de la zona. En una extensa área de 11.000 Km2, el programa tiene un alcance a una población aproximada de 45.000 personas, de los cuales 26.000 son beneficiarios directos anualmente.
Descripción del Proyecto
La falta de instalaciones sanitarias adecuadas y la incapacidad de las personas para acceder a la unidad de salud más cercana es uno de los mayores problemas en Turkana. En todo el condado, las infraestructuras de los centros de salud son mínimos; el ratio de médico-paciente es de 1 médico para 50.000 personas. La esperanza de vida es de 47 años y la tasa de mortalidad infantil es muy alta.
 Existen sólo tres hospitales de referencia en todo el distrito. El hospital de Kakuma a una distancia de 300 km de Nariokotome, el hospital del sub-condado de Lokitaung, a 55 km y el hospital de Lodwar, a 160 km. Estos dos últimos en malas condiciones, con una gran cantidad de deficiencias, escasez de instalaciones y falta de personal. Las condiciones ambientales son hostiles, la falta de agua y comida suficiente son el principal problema en Turkana; el hambre sigue siendo una amenaza constante para la comunidad. Al ser una tierra árida y semi-árida con precipitaciones muy bajas, se sufren sequías constantes, la producción de alimentos aún no se practica debido a la falta de agua suficiente para el cultivo e incluso para el consumo humano. La mayoría de la gente ni siquiera logran tener una comida diaria. Las malas condiciones de vida en Turkana, por tanto, originan una población donde las personas no tienen ni siquiera satisfechas las necesidades básicas humanas. No están bien alimentados, tienen un sistema inmunitario débil y por lo tanto son propensos a enfermedades y a la desnutrición.
Plan de acción
El objetivo general que persigue este proyecto es mejorar las condiciones de salud y el nivel de toda la población que vive en el área de influencia del proyecto llevado a cabo desde el dispensario central de Nariokotome. 
A través de la prestación de servicios médicos permanentes en todos los dispensarios satélite y una clínica móvil que presta atención a 24 puntos nómadas, el fin es llevar servicios de salud a las población con medidas tanto curativas como preventivas. Se ofrecen los siguientes servicios: atención y tratamiento de enfermos, asistencia y derivación de urgencias médicas, Inmunización a menores de 5 años, cuidados prenatales y postnatales, educación para la salud, visitas a los domicilios de la población que lo necesite, seguimiento de pacientes crónicos, el tratamiento y la atención en el hogar para pacientes con VIH / SIDA, capacitación y cursos de actualización para comadronas tradicionales y agentes de salud comunitaria, seminarios y talleres para el personal sanitario, programas basados en la salud comunitaria, atención nutricional, salud escolar, servicios de diagnóstico de laboratorio y la coordinación de campañas oftalmológicas y campañas quirúrgicas que se llevan a cabo por un grupo de médicos españoles de modo voluntario.
Servicios curativos (Tratamiento)
Se atienden a los enfermos todos los días en los dispensarios y en la clínica móvil por el personal responsable. Se ofrece tratamiento a los enfermos y si es necesario se hacen derivaciones ya sea al Hospital Lodwar (165 Km), al Hospital de Kakuma (280 Km) o, en algunos casos específicos a Nairobi (1000 km). A los pacientes con enfermedades crónicas, se les hace un seguimiento hasta que estén completamente recuperados, con especial énfasis en el correcto cumplimiento de la medicación necesaria. En un mes, se ven un total de 400 pacientes en nuestras unidades como primeras asistencias y aproximadamente unas 700 re-asistencias. Gracias a la disponibilidad de los servicios de laboratorio en el dispensario central en Nariokotome, se hace un adecuado diagnóstico y tratamiento de los enfermos. Las diez principales enfermedades que se tratan habitualmente en los dispensarios y durante las clínicas móviles incluyen: malaria, infecciones del tracto respiratorio, neumonía, diarrea y infecciones intestinales, de la piel, ojos y oído, picaduras de serpiente, escorpión y araña, infecciones del tracto urinario, traumatismos por accidentes, fracturas, pacientes con tuberculosis y VIH / SIDA que reciben suplementos alimenticios y medicamentos mensualmente basado en un programa especial.
Servicios preventivos
En línea con la prevención de enfermedades, el programa persigue el objetivo de dar una adecuada formación para la salud a toda la comunidad en relación con los grandes problemas de salud preventiva e higiene, concienciando a la población sobre los peligros de ciertas condiciones de salud como el VIH / SIDA a través de la educación sanitaria, tanto en el dispensario como en las diferentes clínicas móviles. En las escuelas dentro de nuestra área de influencia y en las comunidades nómadas a través de la formación de los agentes de salud comunitaria y comadronas tradicionales, trabajando de la mano con ellos. Cuidando y haciendo seguimiento de embarazadas y niños durante las clínicas para detectar niños con desnutrición, que luego se siguen en los dispensarios y en las unidades de nutrición. Se administran multivitaminas, vitamina A a lactantes y niños que van a la escuela con el fin de mejorar su vista se lleva a cabo a todos los niveles. El gran énfasis e importancia se le da al programa en los centros Materno-Infantiles, con la inmunización de menores de cinco años, siendo el punto clave en el crecimiento de los niños. Se realiza una atención integral y seguimiento de las madres embarazadas durante las clínicas por lo que los nuevos niños también están inmunizados contra el tétanos, dándoles hierro y suplementos alimenticios. Mientras los niños asisten al colegio, se llevan a cabo programas de educación para la salud y exámenes médicos. Los casos de enfermedad detectados se refieren a nuestro dispensario más cercano para su gestión y seguimiento. También se administra vitamina A y se eliminan parásitos de forma rutinaria durante nuestros servicios de salud escolar.
Medios disponibles
Para que sea posible llevar a cabo las actividades mencionadas contamos con personal cualificado y con experiencia (tres enfermeros, diez auxiliares, un contable y dos conductores) que están muy motivados y comprometidos en su deber. También tenemos estructuras permanentes donde se ofrecen servicios sanitarios
en Nariokotome, Nachukui, Kokuselei y Todonyang, bien amueblados y equipados. Sin embargo es necesario la renovación y expansión en el futuro. Con la disponibilidad del coche, la clínica móvil a sido un éxito a pesar de enfrentarnos a caminos en malas condiciones los cuales causan constantes averías en el vehículo. Dado que los hospitales están muy lejos, el vehículo es de vital importancia cuando hay emergencias. Estamos cubriendo de media 3.500 kilómetros cada mes entre las clínicas móviles y las emergencias medicas. El objetivo de este proyecto es asegurarse los fondos necesarios para llevar a cabo el programa sanitario y la clínica móvil de Nariokotome. Nuestro programa es la única fuente de salud en una zona importante de la población de el norte de Turkana, ya que hay pocos medios para proveer salud en la región. Aun con todo esto, todavía hay necesidad de expandirse debido a la petición de muchas comunidades que viven lejos de nuestros servicios.

Malawi – Benga

Localización Geográfica:

Benga está situado en el distrito de Nkhotakota y a 10 km al este del lago Malawi y a 30 km al oeste de la Reserva Forestal de Ntchisi. A 60 km al sur de la ciudad de Nkhotakota y a 50 km al norte de la ciudad de Salima, a medio camino entre las dos ciudades. Debido a la cercanía del Lago Malawi y de la laguna Chilla, la población está compuesta en su mayoría por agricultores (85%). El nivel de alfabetización es de un 70%, ligeramente por debajo de la media del país, que se sitúa en un 74%. Alrededor de el 76% de la población son Cristianos, donde el 12% representa la población Católica.

Beneficiarios:

El área de actuación incluye zonas del Distrito de Nkhotakota y algunas partes del Distrito de Salima, ambos pertenecientes al Distrito de Ntchisi. Los principales asentamientos del área son Thavite, Benga y Mthasewe a lo largo de la carretera que comunica Salima y Nkhotakota. Mwansambo, Mlambe y Chipati a lo largo de la laguna Chilla y la Reserva Forestal Ntichsi. La población estimada del área es de unas 12.000 personas.

Trayectoria:

Desde finales del año 2009, personal de la Diócesis de Lodwar, quienes son también son miembros de la Comunidad Misionera de San Pablo Apóstol, viajaron a Malawi con el objetivo de comenzar una nueva parroquia en la zona. Algunos de los lugares visitados fueron la Diócesis de Lilongwe, Zomba, Blantyre y Chikwawa. Después de conocer las diferentes diócesis y siguiendo consejo exhaustivo, en 2011 
se decidió establecer una Misión dentro de la archidiócesis de Lilongwe en el área de Benga, distrito de Nkhotakota.
Los primeros pasos que se dieron fueron hacer un estudio general del área donde se establecía la Misión. Los resultados del estudio revelaron la extrema pobreza de la zona. 500 personas locales fueron entrevistadas, de entre los cuales el 50% eran hombres y el 50% mujeres. El 85% de la población vive de la agricultura. El 56% de la población tiene estudios de primaria y tan solo el 20% ha completado los estudios de secundaria. Un sistema equilibrado basado en una buena dieta y en una buena educación eran los puntos clave para impulsar el desarrollo en un futuro.

Situación presente y Plan de Acción:

Durante el primer año de actividad, el trabajo pastoral se fue dando en concordancia con el tamaño de la nueva parroquia creada. La parroquia consta de 4 centros, en los cuales hay un catequista en cada uno, con varias iglesias adscritas a dichos centros. La parroquia servía a un total de 46 iglesias y en enero de 2014 dos iglesias más que pertenecían a la parroquia de Nkhotakota pasaron a formar parte de la parroquia de Benga. Los líderes de los diferentes centros eligieron al párroco y al consejero financiero para los 4 años siguientes.
Como parte de el establecimiento de la nueva parroquia y para fortalecer los cuatro centros para establecer un plan de acción, dos planes formativos, fueron realizados durante el 2013 y el 2014. El primero de ellos trató de introducir el método “Lumko” en las pequeñas comunidades cristianas desde que ofrece una visión transformada de la comunidad eclesial basada en el concilio Vaticano II. El segundo plan de formación estaba basado en fortalecer el liderazgo entre los centros y preparar a la gente para la elección de líderes locales en todas las iglesias de la parroquia.

Logros:

Durante estos años de existencia de la parroquia de Benga, se han llevado a cabo otras actividades pastorales además de los planes formativos. Entre los cuales, cabe mencionar: 687 bautismos entre adultos y niños y 156 matrimonios. la parroquia es una de las cuatro parroquias de la Archidiócesis que participa en el programa piloto nacional para el nuevo temario formativo de los catecúmenos. Además también hemos gestionado varias iniciativas de desarrollo:

Educativos:

Hemos establecido dos guarderías en Benga y en Mlambe, en los cuales hay 150 niños de entre 3 y 6 años que están recibiendo educación y una alimentación equilibrada. Estamos reforzando la educación primaria en la zona con la mejora de las infraestructuras y con materiales escolares adecuados.

Comida, seguridad y agricultura:

Se han llevado a cabo diversos programas para mejorar los ingresos de las familias, gracias a la distribución de semillas y fertilizantes para los cultivos, con la creación de proyectos de regadío, ayudando en el mercadeo de sus productos o destinando los nuevos ingresos en la generación de actividades como piscifactorías.

Los objetivos de la Misión, serán los siguientes:

Continuar con el trabajo de atención pastoral de los habitantes de Benga y consolidar el crecimiento de la parroquia.
Fortalecer la educación a todos los niveles como factor clave para el desarrollo.
Continuar facilitando el desarrollo de las actividades de generación de ingresos 
para mejorar los estándares de calidad de vida de la población local.

Localización Geográfica

El proyecto consiste en un pequeño centro de formación para grupos de 20 personas por curso desarrollado en una huerta de 4 acres bien equipada y con tres puntos de extracción de agua (dos bombas de extracción por viento y una solar). La huerta en que se desarrollan las actividades que derivan de este proyecto está situada en la misión de Lobur, situada a 250 km de Lodwar, en el Triángulo de Elemi en Turkana (Kenia). La tierra es árida y falta de nutrientes y por otro lado, el agua es altamente alcalina, lo cual hace del proyecto un verdadero desafío.

Beneficiarios

Directos: 130,000 personas viviendo en el norte de Turkana.
Indirectos: 850,000 personas viviendo en todo el área de Turkana que pueden tener acceso a la formación ofrecida por el programa o que pueden adquirir o producir alimentos a través de las granjas que los graduados establezcan en la región.

Trayectoria

La situación que ha predominado en Turkana durante la última mitad de siglo ha sido la de escasez tanto de agua como de comida. El cambio climático y el crecimiento de la población implican que las comunidades Turkanas no puedan seguir viviendo de sus rebaños y tengan que buscar desesperadamente otros medios de subsistencia. La endémica desnutrición lleva consigo todo tipo de complicaciones como pueden ser la salud, educación, actividades generadoras de ingresos o conflictos con otras comunidades.

El origen del proyecto Furrows in the Desert (FID) o Surcos en el Desierto, data de noviembre de 2009 cuando un grupo de matrimonios españoles visitaron Israel guiados por dos sacerdotes de la Comunidad Misionera de San Pablo Apóstol. Es allí donde pudieron contemplar el progreso que habían desarrollado los kibutz en el plano agrícola para regiones áridas. Dado esto, decidieron contactar con un profesor de la universidad de Tel Aviv que era el fundador de la primera organización internacional de voluntarios en Israel, Brit Olam. Él sería quien les pondría en contacto con el Centro de Desarrollo de Estudios Arava, en el sur del desierto de Israel.

Llevaría varias visitas a Turkana por parte de la gente de Israel para que estos pudieran entender el potencial de la infraestructura de recursos de agua creada por la MCSPA en el norte de Turkana como el elemento primordial para introducir la agricultura en el desierto. Desde este momento se comenzó a analizar muestras del suelo y del agua de la zona. Por otro lado, la MCSPA y las dos organizaciones Israelitas organizaron distintas reuniones para poder poner en común el proyecto. Sería en mayo de 2011 cuando se terminaría la propuesta completa para el programa de cultivos en Turkana y se enviaría a varias agencias de ayuda internacional. El programa tenía una duración de 10 años. En julio de 2012 comenzaría el trabajo sobre el terreno y el 21 de agosto el por entonces primer ministro de Kenya Raila Odinga, vino a este remoto rincón del país para inaugurar el programa. El 1 de octubre llegó el primer grupo de formandos a la huerta modelo. El director de la huerta comenzaría a dirigir el proyecto con la ayuda de dos voluntarios de Israel, un supervisor español y un coordinador de Turkana.

El programa consiste esencialmente en cursos de 6 meses desarrollados en la huerta modelo para grupos de entre 15 y 20 personas seleccionadas entre miembros de las comunidades semi-nómadas del norte de Turkana donde han sido creados recursos hídricos. El programa incluye materias como la preparación y tratamiento del suelo y compost, viveros, control de plagas, cocina de nuevos tipos de cultivos y educacin en las zonas centrales y del sur. a mayor educado a mbsistencia en Turkana. a seguir en la comunidad, puesto que demuestran a ón para la administración del huerto que incluye conceptos como matemáticas o marketing. Cuando el curso termina, las personas son enviadas de vuelta a sus comunidades donde desarrollan su propia huerta con la ayuda de dos asistentes. Estos equipos comienzan a formar parte desde ese momento de un nuevo ejemplo a seguir en la comunidad, puesto que demuestran a los demás que la producción de comida es posible y una fuente sostenible para la subsistencia en Turkana.

Situación actual y objetivos

Desde sus comienzos, Furrows in the Desert ha educado a más de 150 agricultores que actualmente están gestionando alrededor de 130 huertos, la mayoría en Turkana norte pero también en las zonas centrales y del sur. Aproximadamente un 12% de las personas que acceden al programa lo abandonan por diversas causas como puede ser enfermedades, mejores ofertas de trabajo o incluso la muerte. El éxito en términos de producción de comida y ventas varía considerablemente dependiendo de la zona debido a factores como la calidad de la tierra y el agua, la cercanía a los centros de población o las habilidades y disciplina de los graduados y sus asistentes.

En diciembre de 2014, todos los graduados decidieron formar la asociación de Granjeros Turkana San Isidro, donde podrían elegir sus propios oficiales y aprobar sus propias normas. Gracias al consenso entre los miembros, esta nueva asociación que fue registrada en febrero de 2015, permite a los agricultores emitir recibos oficiales por su producción y participar en ayudas gubernamentales para bienes consumibles y equipamientos para las huertas.

Los 17 formandos actuales de nuestro 5º curso de FID han sido seleccionados de 4 proyectos de la Cruz Roja en Kenia en la zona de Kaikor. Tras los 3 primeros meses en la huerta modelo de Lobur fueron enviados a sus comunidades, equipados con 80 viveros, para ayudar a renovar las habilidades del equipo de FID.

En Junio comenzamos a trabajar sobre una plantación de 5 acres en Lobur destinada a palmeras datileras para que en el futuro los graduados del programa puedan aprender de la gestión de esta especie, con especial atención al proceso de polinización. En el largo plazo, nos gustaría promover la inversión de empresas que quisieran cultivar esta especie alrededor del lago Turkana puesto que la datilera se adapta bien al agua alcalina y su fruta puede ser conservada con facilidad durante un año con un alto valor de mercado. Esto podría generar trabajo en el mercado laboral local e ingresos considerables a largo plazo.

Logros

Alrededor de 150 Turkanas han sido educados en la agricultura.
Se ha probado que la agricultura es posible y factible en Turkana.
La creación de la Asociación de Agricultores San Isidro permite a los graduados y a sus asistentes a crear sus propios negocios, emitir facturas oficiales por sus ventas e inscribirse en programas de ayudas gubernamentales.
Mejorar la nutrición de la gente de la zona, especialmente 2.500 niños que asisten a los centros materno-infantiles que gestiona la MCSPA.

Metas del programa:

Educar y apoyar candidatos para el desarrollo de la agricultura en el desierto.
Mejorar la calidad de la producción alimentaria a través de huertos productivos de carácter permanente.
Mejorar el estado nutricional de los más vulnerables a través de la introducción de verduras y frutas en las dietas de niños en las guarderías y escuelas.
Mejorar las capacidades operativas de los agricultores a través de una asociación legal.
Generar negocio a largo plazo a través de plantaciones de palmeras datileras y granados.

El poblado de Kokuselei está situado a 35 km de la misión de Nariokotome, en el valle entre las montañas de Lapur y Morueris. La población es semi-nómada centrada especialmente en el pastoreo, muy aislada dado la falta de infraestructura y carreteras. También se puede acceder al poblado desde Lokitaung a través de un camino de 40 km, atravesando el poblado de Riokomor. La distancia desde Lodwar depende del camino utilizado; por Lokitaung son 260 km y por Nariokotome son tan solo 165 km pero este camino suele ser difícil en época de lluvias.
Población
La población del valle de Kokuselei está constituida por diferentes comunidades: Kokuselei, Kabosan, Erus, Alagama o Riokomor. La gran mayoría de la población que integran estas comunidades continúan viviendo de una manera semi-nómada siguiendo las tradiciones de la cultura Turkana. Sus únicos recursos suelen ser sus cabras y sus camellos. Además, dado que esta zona es buena para los pastos, muchos nómadas de otras zonas la usan durante las épocas de sequía.
Según los datos del Ministerio de Salud en 2013, la población del valle de Kokuselei es de 9.416 habitantes.
Principales actividades y objetivos
Es imposible desarrollar actividades para mejorar las condiciones de vida de las familias sin tener en cuenta como primer objetivo el garantizar el acceso a agua potable tanto para las familias como para su ganado.
Esto se hace a través de la construcción de presas de piedra; a día de hoy hemos construido más de 10 en esta zona. Este proceso tiene como beneficiarios a cientos de familias tanto por lo que significa tener acceso a agua potable que podrán tener como reserva durante largos periodos de tiempo como por el conocimiento obtenido durante la construcción de la presa.
Esperamos seguir construyendo más presas de piedra en la zona de las montañas de Lapur y Morueris.
Estas presas de piedra ayudan a rellenar el agua subterránea y así facilitan la perforación exitosa de puntos de agua y la instalación de pozos ya sean manuales, solares o de viento, siguiendo el curso del río. Estos nuevos sistemas implican un incremento en la capacidad de agua limpia que puede llegar a la población y hace posible comenzar a desarrollar otras actividades como la agricultura.
Dado que las sequías se producen de forma recurrente y durante largos periodos de tiempo, la falta de comida es una realidad en esta zona y los niños se ven a menudo afectados por la desnutrición. Así pues, en Kokuselei hemos establecido y mantenemos 8 unidades nutricionales para garantizar que los niños menores de 6 años puedan recibir al menos dos comidas al día. Dado que el foco de atención se pone sobre la nutrición de los niños estos centros representan puntos de referencia para el desarrollo de la población entera. Con la ayuda del trabajo de las madres y de las misioneras es posible organizar el mantenimiento de los centros a través de comités de padres y así llevar a cabo otras actividades como la vacunación o la desparasitación y seguir de cerca el crecimiento de los niños con la ayuda del Programa de Salud de Nariokotome. Además se implementan otras iniciativas como la agricultura, la catequesis o proyectos de desarrollo para mujeres.
Las unidades nutricionales están situadas en Kokuselei, Kabosan, Ebur, Angataruk, Ngameriyek, Alagam, Small Erus, Loalany y Kalomeu. Durante el año 2015 se ha podido a abrir una más en la localidad de Riokomor.
En relación con el cuidado de la salud, nuestro papel desde Kokuselei es ayudar y complementar el trabajo realizado por el Programa de Salud de Nariokotome. Además, queremos mejorar las instalaciones del dispensario y poder crear un espacio para enfermeros y agentes sanitarios para poder vivir y educar a un grupo de mujeres en todo aquello relacionado con cuidado pre y post natal para que ellas puedan convertirse a su vez en agentes sanitarios dentro de sus comunidades que están lejanas del dispensario y poder así supervisar el estado nutricional de los niños que asisten a las unidades nutricionales.
Una vez hemos podido garantizar el acceso a agua potable, intentamos implementar la agricultura en estas comunidades que tienen como modo de vida el pastoreo. La iniciativa parte de la Misión de Kokuselei donde hemos realizado diferentes actividades de formación en agricultura y hemos experimentado con diferentes verduras y semillas. De esta manera promovemos que a través de los cursos las mujeres puedan desarrollar lo que han aprendido en otros puntos donde hay agua disponible como las unidades nutricionales.
Otra de las áreas de desarrollo para ayudar a estas familias para salir del círculo de pobreza en el que se encuentran es la educación. En esa línea, estamos dando clases de pre-escolar en algunas de las unidades nutricionales. Además, estamos actuando como sponsors de la escuela de educación primaria de Kokuselei a través de la construcción de cuatro aulas, casas para los profesores, letrinas, una cocina, un almacén, etc… También participamos en el comité de la escuela y organizamos actividades extra-escolares para los estudiantes tales como deportes o excursiones.
Ya que en el valle de Kokuselei hay todavía escasez de infraestructuras básicas, recursos humanos y experiencia educativa, estamos promoviendo la formación de la población dando becas de secundaria e incluso para educación universitaria o formación profesional.
Asimismo, estamos realizando seminarios con capacidad de más de 40 personas en nuestro centro de formación “Kono-kono”. Allí pueden aprender a leer y escribir y matemáticas sencillas.
Otro grupo vulnerable en esta región son los ancianos, especialmente las mujeres que son consideradas sabias a una edad temprana. Por ello hemos desarrollado un programa a través del cual cuidamos a 83 ancianos de la zona del lago Turkana y las montañas para que puedan recibir tanto comida como asistencia sanitaria o ayuda en sus casas durante nuestras visitas mensuales.

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Cómo sentí la llamada de Dios
Hay muchas formas a través de las cuales Dios nos llama para seguirle. La historia de la llamada vocacional es por tanto única, peculiar y diferente a todas las demás. En mi caso, cuando terminé primaria en el colegio, mis padres me enviaron al seminario menor de la diócesis de Ciudad Rodrigo, en España. Mis padres querían que completase mi educación secundaria ahí, y quizás después de eso, si Dios quería llamarme, estudiar para convertirme en sacerdote. En el seminario recibí una muy buena y cuidada educación religiosa y muy buena formación académica y humana. Cuando terminé secundaria, decidí continuar con mi formación en la Universidad de Salamanca, para estar preparado para la aventura de la vida. El tiempo que pasé en Salamanca pasó muy rápido y después de 3 años había terminado mis estudios de Gestión de empresas de Turismo. Estaba preparado para comenzar con mi vida profesional.
 De algún modo, al terminar mis estudios, en lugar de comenzar a trabajar, decidí irme a Londres para mejorar mi nivel de inglés. Por diversas circunstancias, acabé viviendo en el Seminario de San José en Londres, que es la casa central de la sociedad misionera de San José (conocida como Mill Hill Fathers). Pensé que aquel tiempo iba a ser gris y monótono. Me equivoqué. Aquellos años se convirtieron en un periodo crucial para mí, durante el cual mi vida cambió completamente, llevándome por una sorprendente nueva dirección. Dos seminaristas de la Comunidad Misionera de San Pablo Apóstol vivían y estudiaban al mismo tiempo que yo en este seminario de San José, Francisco Moro y Fernando Aguirre. Comencé a ir con ellos en mis tiempos libres, acompañándoles en diversas tareas que hacían. Visitábamos juntos a menudo a la comunidad hispano-hablante de Fulham, participábamos en retiros espirituales en la Abadía Benedictina de Ampleforth, e iba con ellos a las charlas misioneras que realizaban en diferentes parroquias a las que eran invitados. Finalmente, la llama de una vocación religiosa apareció en mi vida, a pesar de que yo seguía diciendo que no estaba seguro de si quería ser sacerdote y mucho menos un misionero.
 Fue durante mi primera visita a África en el año 1991 con el Padre Francisco Andreo cuando vi claramente que mi lugar en el mundo para seguir a Cristo era junto con la Comunidad Misionera de San Pablo Apóstol, y que el camino era siendo sacerdote y donde Dios quisiera enviarme. Aquella primera visita fue hace mucho tiempo, y hoy todavía sigo trabajando en África. Cuando vuelvo la vista atrás, a aquellos días y veo los temores y dudas que tenía, me doy cuenta de que todos deberíamos tener más Fe y confianza en los inescrutables caminos por los que Dios nos invita a seguirle.

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