Cientos de pastores nómadas kenianos pertenecientes a la etnia Turkana han sido expulsados de Uganda por tropas de este país, según fuentes de Cáritas Lodwar y la Comunidad Misionera de San Pablo Apóstol (MCSPA). El ejército Ugandés ha alegado como motivo que los Turkana estaban armados y eso podía provocar enfrentamientos con los pastores nómadas locales, que en los últimos años han sido desarmados por su gobierno.
En las confluencias de Uganda, Kenia, Sudán del Sur, Etiopía y Somalia – países que conforman el denominado Gran Cuerno de África – se encuentra la mayor concentración de pastores nómadas del planeta. El bajo desarrollo económico y las graves sequías que afectan a esta zona convierten el pastoreo en la principal fuente de subsistencia de la población, que vive en condiciones de extrema pobreza. La ausencia de infraestructuras y la escasa presencia gubernamental agravan una situación ya de por sí dramática.
Armas en lugar de servicios básicos
Según explica el P. Fernando Aguirre, misionero de la MCSPA, en su libro Pastoralists Conflict in the Horn of Africa “cada año, cuando comienza la estación seca, miles de pastores kenianos se ven obligados a desplazarse en busca de pasto para su ganado hacia zonas situadas dentro del territorio de Uganda, Sudán del Sur o Etiopía. Con frecuencia esto provoca tensiones y enfrentamientos que terminan en tragedia, debido al exceso de armas en la zona”.
Tradicionalmente, los gobiernos de Uganda, Kenia, Sudán del Sur, Etiopía y Somalia no tenían mucha presencia en la región donde confluyen sus fronteras y solían delegar la seguridad en sus habitantes, a quienes se proporcionaba armas y municiones en lugar de servicios básicos.
Labores de desarme
“En los últimos años ha habido un cambio de actitud y los gobiernos se han mostrado firmemente determinados a tener una mayor presencia en sus respectivos territorios”, explica el P. Fernando Aguirre, “pero este cambio es lento y no está resultando fácil”.
La Comunidad Misionera de San Pablo Apóstol desarrolla una intensa labor humanitaria y de desarrollo en esta región desde su base logística, situada en Nariokotome, al norte de Kenia, y tiene presencia en tres puntos de los corredores de Kenia-Etiopía y Sudán del Sur. “Sólo en uno de ellos han muerto 32 personas en los últimos seis meses a causa de estos conflictos armados”, advierte el P. Fernando
Redacción MCSPA