Durante el primer semestre de este año, trabajadores de las misiones de Turkana vinculados al cuidado infantil (especialmente de nuestros Centros Materno-Infantiles) han participado en varias actividades formativas sobre la Protección de Menores.
Con el apoyo del comité de Protección de Menores de la MCSPA, les hemos invitado a crear ambientes amigables para los niños, a reflexionar sobre su rol y su responsabilidad en la prevención del abuso infantil en las comunidades donde estamos presentes.
Han sido encuentros muy fructíferos e importantes para la formación de todo el equipo de trabajo, con excelentes facilitadores que nos han ayudado a mejorar nuestra misión de que los niños de nuestras misiones crezcan en un ambiente seguro, libre de abusos de cualquier tipo: físico, sexual o psicológico.
Agradecemos a todos los que hacen posibles esta serie de encuentros. Continuaremos la formación, el seguimiento y la concientización sobre este tema en cada una de nuestras misiones. Sabemos que padres, madres, familias enteras, amigos, profesores, misioneros, sacerdotes, personal médico, trabajadores y líderes sociales, debemos trabajar juntos para prevenir el abuso de menores allí donde estemos presentes.
Diana Trompetero, MCSPA
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¿Qué África quieres conocer?
África ancestral la que esconde la historia del origen de la vida, o la África moderna, que despierta al mundo de la tecnología, de los edificios de cristal y acero y de los coches de alta gama.
En el día de África, me quedo con la bella África, la Humana y la de la gran fauna, la de los colores terracota, naranja, azul y verde, la África inmensa, grandiosa, espectacular y suave. La África que todo lo envuelve y nos emociona y nos enamora y nos arranca el alma a jirones, que se queda entre sus gentes, entre su fauna, entre su paisaje de verdes, rojos, negros y amarillos, como los colores de sus banderas, de sus ropas, de sus vidas pacientes y abruptas.
Cuando abres la mente y dejas que África te envuelva con toda su fuerza ya nunca la vas a olvidar, siempre volverás, siempre irá contigo allá donde vayas.
Es el día de África y me encuentro en esta tierra que se escurre entre los dedos como un puñado de arena templada y movediza.
Toda África es el espectáculo de la vida, de la supervivencia y de la belleza, de la música penetrante, de los olores intensos, de los sabores ácidos, de la cerveza amarga, de la vida en la calle, entre la gente, esa gente africana tan castigada por unos y tan amada por otros.
Qué tiene África que nos subyuga y enamora hasta comprender que somos insignificantes.
Me quedo con la joven África, la que salvará al mundo de acabar muriendo de viejo y empecinado, la que renovará su historia y será la África de los y las africanas, la África que volverá a su origen, la que despertará un día y nos dirá que en ella crece la vida!
Desde África, Etiopía, con respeto a este grandioso continente y especialmente a sus gentes.
Marí Olcina
25/05/2021
Desde MOSSolidaria ONGD agradecemos a la MCSPA la oportunidad de participar en sus proyectos
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El pasado sábado 19 de diciembre Víctor Otieno fue ordenado sacerdote por Mons. Dominic Kimengich en la iglesia de San Pablo Apóstol de la Misión de Nariokotome.
A pesar de las restricciones impuestas por la pandemia, la celebración fue muy bien y mucha gente atendió, no sólo de Turkana, sino también de otras partes del país, como la familia y amigos de Víctor que venían de Kisumu.
Durante la celebración, Lourdes Larruy leyó su testimonio sobre Víctor, resaltando su calma y paciencia, en medio de situaciones problemáticas y críticas. Algo que es importante cuando se quiere ser misionero.
El domingo 20 el ya ordenado padre Víctor celebró su primera misa en Nariokotome, y toda esta semana ha estado celebrando primeras misas en la parroquia de San Joaquín y Santa Ana, donde ha sido enviado oficialmente por el obispo.
Sigamos rezando por la vocación de Víctor y la de muchos otros jóvenes que se animen a seguir una vocación misionera a través de la MCSPA.
P. Ángel Valdivia MCSPA
Parece que ha comenzado la temporada de lluvias. En Turkana esto significa bendiciones, felicidad y buenos tiempos. Esto es lo que estamos viendo en las huertas de nuestro proyecto Surcos en el Desierto. Nuestros agricultores están mejorando y comprendiendo el bien de la agricultura.
Pueden alimentar a sus familias, sus comunidades y también vender el excedente para obtener ingresos. Con esos ingresos pueden comprar el resto de necesidades básicas e incluso los gastos escolares de sus hijos.
Hace ocho años, cuando comenzó el proyecto, la gente de turkana no sabía nada sobre producir su propia comida, ya que vienen por una cultura nómada, ahora puedes ver a dónde han llegado. ¡¡¡Asombroso!!!
Maque Falgás
En septiembre del 2017 tuvimos la gran suerte de ir a la misión de Kokuselei (Turkana) de la Comunidad Misionera de San Pablo Apóstol. Es de esas experiencias que nunca agradecerías a la vida lo suficiente. Habíamos tenido una vida en la línea de lo que consideramos normal, y decidimos hacer algo totalmente diferente. El llegar a Turkana fue como dar un salto a la edad de piedra. Nos esperaba unas temperaturas de día entre 40ºC a 42ºC, y circunstancialmente dos días con una lluvia torrencial muy esporádica que te sorprendía por lo rápidamente que desaparecía absorbida por una tierra permeable y el sol abrasador.
Conocer y disfrutar de esas personas, con unas características de resiliencia que tanto echábamos en falta en nuestro entorno, era una experiencia indescriptible. Impresiona la resistencia de los turkana y, sobre todo, de sus mujeres, que resisten estoicamente esas condiciones de hambre, epidemias y fenómenos meteorológicos. No pierden la calma, no hay desesperación; hay solo una mayor capacidad de luchar contra la adversidad.
Allí la gente viven del pastoreo de cabras y camellos, y con frecuencia se ven obligados a buscar nuevos exiguos pastos para el ganado. Nos sobrecogió sobremanera ver que, hasta llegar la ayuda de las misioneras y todavía hoy para la mayoría, la dieta alimenticia habitual de las personas consistía en una sola comida al día a base de sangre de una cabra, a la que cortan una vena del cuello que luego cauteriza, mezclada con leche de cabra. La ausencia de agua superficial obliga a conseguirla cavando hoyos en el cauce seco de los ríos que se forman con las lluvias, obteniendo un agua con barro que beben directamente.
Parecería que Dios se había olvidado de este territorio que pocos kenianos conocen, ya que, además de ser inhóspito, es uno de los reductos de la fiebre amarilla, lo que invita a mantenerse alejados. ¡Que lejos están de los anuncios de “Planifica el safari de tus sueños” que encontramos en las revistas!
Sin embargo, dos mil años después de hacer Jesús su travesía por el lago de Tiberiades y enseñarnos coherencia en Jerusalén, aparece en Turkana, para intentar construir el Reino de Dios, la Comunidad Misionera de San Pablo Apóstol en forma misionera. Su labor tiene como objetivo cambiar no solo las condiciones materiales y sino también las espirituales de estas personas abandonadas de la sociedad. Esta acción nos impactó tanto que decidimos continuar con la ayuda desde Madrid ante la imposibilidad de quedarnos allí.
Los objetivos marcados por las misioneras como base de acción no podrían mejores: sacar agua, introducir cultivos de alto contenido vitamínico, dar atención sanitaria la población, alimentar y educar a los niños, difundir métodos de cocinar nuevos y más ecológicos, construir espacios de convivencia, etc. Nos propusimos hacer un pozo o si fuera posible dos. Por otro lado, nos atraían los objetivos que tenían las misioneras de dar una especial atención al desarrollo de la mujer, y librarlas de la pesada tarea del acarreo del agua.
Quieren promover su dignidad, liberarlas de las supersticiones y nada mejor que difundir el mensaje liberador del cristianismo. En una palabra, de una forma callada, conseguir todo lo que se proclama con alharacas en los “Objetivos de Desarrollo Sostenible”, y que tan poco ponen en práctica los gobiernos.
Nuestro objetivo estaba en primer lugar en conseguir dinero para la excavación de un pozo, que luego fueron dos, por ser el elemento esencial para transformar este árido entorno en una tierra habitable. Y de este modo conseguir no solo el impulso de la agricultura y de la ganadería, permitiendo una gran variedad de cultivos y la crianza de animales para carne, sino también el cambio sustancial de las condiciones higiénicas de la población. Así se ayudaría a erradicar un elevado número de enfermedades y parásitos ligadas a la ausencia de limpieza corporal o a la utilización de agua contaminada para el consumo humano.
Primera fase:
En noviembre del 2017, las misioneras eligieron la zona para la excavación de los pozos y nosotros planteamos a nuestra Comunidad “Nuestra Señora del Recuerdo” la construcción de un pozo. La verdad es que no solo colaboró la gente de la Comunidad, sino que lo hicieron otros muchos amigos, y particularmente la “Fundación Mondarruego”, que se entusiasmaron con la construcción del Reino en Turkana al ver la posibilidad de cambiar la vida de muchas personas.
En diciembre del 2018 ya teníamos la excavación de dos pozos uno de 120 m y otro de 80 m de profundidad con unos caudales estimados al final de la perforación de 1.200 l/h y 6.000 l/h respectivamente.
Una vez realizadas las perforaciones, y sin esperar a la instalación de las bombas manuales, la alegría e impaciencia de la gente se desbordó y acudió al punto de agua, con sus bidones de colores.
Despejada ya la maquinaria, se instalaron las bombas manuales para la extracción de agua. Estas bombas no permitían una explotación del pozo más allá de la obtención del agua para beber, ya que la elevación manual del agua de 80 m y 120 m de profundidad requiere gran esfuerzo.
Segunda fase:
La solución, ya probada en otros pozos de gran profundidad, es usar bombas mecánicas eléctricas alimentadas por una instalación fotovoltaica. La dificultad estaba en conseguir unos recursos económicos mayores de los que habíamos empleado en la excavación de los pozos.
Desde diciembre del 2018 fue una constante búsqueda de ayuda. ¡Era una desesperación tener allí el agua, la necesidad de utilización para el ganado y poner huertas en los alrededores y no encontrar ninguna entidad que nos ayudase! Enviamos solicitudes, sin éxito, con amplios y detallados formularios sobre la segunda fase del proyecto: definición técnica, situación y beneficiarios, tipo instalación de sistema de extracción y aprovechamiento del agua. Desarrollamos cada uno de los puntos que exigen los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) adoptados por las Naciones Unidas en 2015. Se cuantificaba cómo se luchaba íntegramente contra la pobreza extrema, cumplían las tres dimensiones esenciales del desarrollo sostenible: económica, social y ambiental. Todo era dificultad y puertas cerradas.
Felizmente, cuando la desesperación era grande, en noviembre del 2019, Dios nos dirigió a la “Fundación Acoger y Compartir” promovida por los Redentoristas, que tiene proyectos en África y Sudamérica. En unas tres semanas estudiaron el proyecto y aceptaron hacerse cargo de esta fase. Sólo ver el proyecto se dispusieron a ayudarnos y asumir el proyecto para todo lo que se necesitase. De tal forma que se hicieron todos los pagos entre el mes de diciembre del 2019 y enero del 2020. Nos aportó además una extraordinaria ayuda Alberto González Moreno (experto en temas de instalaciones y calidad de agua del Canal de Isabel II) que ha supuesto un valor inmenso.
Con la ayuda de Alberto se ha procedido también a diseñar un sistema de control periódico de la calidad del agua, vigilándose aquellos aspectos que más directamente afectan a la salud de personas y animales: pH, contenido de nitritos, amonio, hierro, e-colies, etc. Este procedimiento de análisis se les enseñará a hacer, para todos los pozos de la misión, tan pronto podamos ir a Turkana.
Como decíamos, la financiación requerida en esta fase era aún mayor que la de la primera, ya que al precio de las bombas y las placas solares había que añadir el coste de los depósitos de regulación (dos de 5.000 litros en cada pozo), y el coste de construcción de fuentes y abrevaderos.
Las condiciones de aislamiento de la zona hacen difícil el cumplir los plazos, y este año se complicaron con la aparición del Covid-19. Aún así, los trabajos se acabaron en mayo del 2020, procediéndose a la inauguración en un animado acto.
En uno de los pozos, cercano a unidades familiares y mayor caudal, se ha conseguido habilitar una instalación de distribución de agua hasta siete poblados; en ellos han puesto una fuente. Así tendrán la posibilidad de tener su propio abrevadero y huerta. Los beneficiarios han costeado las tuberías que forman los ramales que salen del eje de distribución.
Con el fin de implicar a las familias en el buen uso del agua y conseguir un remanente financiero para reparaciones y la compra de consumibles del control de calidad, se ha constituido un Comité del Agua, integrada principalmente por personas de la tribu, encargado de organizar la asistencia a los abrevaderos, la vigilancia del uso de las instalaciones, el cobro a cada familia por el uso del agua, resolver problemas etc. El link de los videos está en https://youtu.be/JSK38x4f-iA
Mª Carmen Matilla y José Carlos Rubio
Comunidad Misionera de San Pablo Apóstol en Muketuri, Etiopía.
A principios del 2020 la realidad social en Etiopía ya era complicada por las inminentes elecciones generales que a este país le toca convocar este año. Después de casi tres décadas de estar el mismo partido en el poder, Etiopía se enfrenta a un “aggiornamento” urgente que responda a las inquietudes de una sociedad afectada en un gran porcentaje de una pobreza extrema , diferentes realidades étnicas y culturales, y, una juventud numerosa que conoce el mundo por las redes sociales y quiere un trabajo justo que le permita vivir con dignidad.
Por si fuera poco, el preparar unas elecciones democráticas en un país como Etiopía, con mas de 50 millones de votantes (con una población de 105 millones de habitantes), en marzo nos invadió la realidad global de la pandemia del Covid19. Etiopía fue de los países que reaccionó más rápido con medidas como cerrar escuelas, universidades, oficinas, regular transportes. Pero lo peor ha sido hacer frente a las consecuencias económicas del ciudadano de a pie. Un 80% de los trabajos en Etiopía no están regulados con un contrato laboral: si uno no trabaja, no cobra. Muchos obtienen lo que necesitan simplemente para comer diariamente. La pérdida de empleo que se ha producido en todos los países, en Etiopía, adquiere una relevancia inmensa, donde es imposible hacer un confinamiento, porque éste supondría morirse de hambre.
Durante todos estos meses desde marzo, los miembros de la MCSPA han querido estar cerca de la gente, haciendo frente a la mayor necesidad: una alimentación digna. A las familias de los niños más pobres del centro Materno infantil y del programa de niños con desnutrición se les ha aportado alimentos semanalmente, granos, verduras, huevos, leche y jabón. A los campesinos, que ven aumentar los precios de los alimentos día a día se les apoyado con semillas mejoradas de patatas para sembrar y obtener una buena cosecha. Y, siempre, cada semana, hemos rezado juntos, por todos los afectados por la pandemia, en Etiopía y en el mundo, especialmente los países de donde vienen todos los años voluntarios y visitantes y, que ya forman parte de Muketuri.
La gente humilde nos ha demostrado, una vez más, su generosidad, rezando una y otra vez de forma muy especial por nuestras familias y amigos; en todas sus oraciones han incorporado a los “extranjeros que nos ayudan y nos quieren”, a modo de plegaria universal. Un buen signo de la misión ad gentes, nos une el amor mutuo, la oración, y, la vulnerabilidad ante las catástrofes.
Damos gracias a Dios por la posibilidad de compartir nuestra vida entre los etíopes, y, por contar con tantos benefactores, amigos, voluntarios que forman parte de esta aventura de anunciar la Buena Noticia en Etiopía.
Lourdes Larruy, MCSPA
Lo que mantiene viva mi vocación como misionera en Etiopía, es la esperanza de construir un mundo más justo. Creando oportunidades para todas las personas que Dios va poniendo en el camino, a través de nuestro trabajo diario.
Hay mucho por hacer y algunas veces me siento impotente ante retos que nos superan. Pero ahí, en esa impotencia humana, está el reconocer que Dios es el verdadero protagonista de la historia, y yo, soy simplemente una pieza más, que si quiero puedo permitirle actuar.
Ante esta realidad, los milagros empiezan a tener color y ángeles entran en escena para ayudarnos en lo que nosotros no podemos hacer solos. Personas comunes que de algún modo se sienten inspirados y contribuyen para que las cosas salgan adelante.
De este modo, Dios hace verdaderas obras de arte para la construcción de su Reino en la tierra. Estas son las luces que han iluminado mi vocación durante estos casi 18 años. Gracias a todos esos ángeles que han aportado en mi vida para la construcción del Reino.
Sarai Zavala, MCSPA
Lo que mantiene viva mi vocación como misionera en Etiopía, es la esperanza de construir un mundo más justo. Creando oportunidades para todas las personas que Dios va poniendo en el camino, a través de nuestro trabajo diario.
Hay mucho por hacer y algunas veces me siento impotente ante retos que nos superan. Pero ahí, en esa impotencia humana, está el reconocer que Dios es el verdadero protagonista de la historia, y yo, soy simplemente una pieza más, que si quiero puedo permitirle actuar.
Ante esta realidad, los milagros empiezan a tener color y ángeles entran en escena para ayudarnos en lo que nosotros no podemos hacer solos. Personas comunes que de algún modo se sienten inspirados y contribuyen para que las cosas salgan adelante.
De este modo, Dios hace verdaderas obras de arte para la construcción de su Reino en la tierra. Estas son las luces que han iluminado mi vocación durante estos casi 18 años. Gracias a todos esos ángeles que han aportado en mi vida para la construcción del Reino.
Sarai Zavala, MCSPA