Cada año, miembros y aprendices de la Comunidad Misionera de San Pablo Apóstol (MCSPA) junto con miembros de la Rama Secular, se reúnen en la Misión de Nariokotome en Turkana, Kenia, para una serie de reuniones y “encuentros”. En estas reuniones, reflexionamos sobre nuestra vida como misioneros y nos empapamos del carisma y la inspiración original del P. Paco, nuestro fundador. Se trata de una serie de charlas sobre diversos temas y cuestiones y también se aprovecha la presencia de los distintos grupos para hacer formación y capacitación permanente.
Este año, nuestros Encuentros de Formación comenzaron el 24 de junio con miembros y aprendices participando con entusiasmo en sesiones sobre María, Madre de la Iglesia; San José, patrón de la Iglesia Universal; y también sobre el papel de la mujer en la formación de los sacerdotes. Una de las sesiones se centró en este último tema, desde el punto de vista de la antropología, la teología y la eclesiología, y en cómo las mujeres, miembros maduros de nuestra comunidad, tienen un papel equilibrador en el camino de discernimiento de los miembros y aprendices, incluidos los que se están formando para el sacerdocio. Ester Ciancas, miembro de la Rama Secular, expresó su alegría al darse cuenta de que, en la Iglesia, las mujeres tienen un papel importante que desempeñar en la formación de los sacerdotes.
Tras las Reuniones de Formación, los miembros y los aprendices mayores se embarcaron en un retiro dirigido por el P. Marcel Uwineza, SJ, Director del Colegio Universitario Hekima. A lo largo de la serie de esclarecedoras charlas, el P. Marcel subrayó las virtudes gemelas del perdón y la reconciliación como elementos esenciales para mantener la armonía dentro de nuestra comunidad. El retiro creó un ambiente propicio para la introspección y el diálogo entre los miembros de la MCSPA y los aprendices mayores.
Mientras se desarrollaba el retiro, los aprendices junior asistieron a sesiones sobre protección de los menores y de los adultos vulnerables, reconociendo la importancia crucial de esta cuestión en todos nuestros apostolados y en nuestra vida comunitaria.
El último día del retiro, tuvimos el honor de contar con la visita del obispo de la diócesis de Lodwar, Mons. John Mbinda,, a la comunidad reunida en la misión de Nariokotome. Nos dirigió en la celebración eucarística de la fiesta de Santo Tomás Apóstol y en su homilía, el obispo recordó a los miembros de la MCSPA que, al igual que los apóstoles, ellos también eran enviados por el Señor. Añadió que todos somos únicos de un modo u otro y que nuestra singularidad no debe ser una carga para los demás, sino una bendición.
Por Stephano Ziba
Aprendiz Senior de la MCSPA