Lobur: Surcos en el Desierto

10 octubre 2016 Publicado por Story Pages 1 thoughts on “Lobur: Surcos en el Desierto”

Localización Geográfica

El proyecto consiste en un pequeño centro de formación para grupos de 20 personas por curso desarrollado en una huerta de 4 acres bien equipada y con tres puntos de extracción de agua (dos bombas de extracción por viento y una solar). La huerta en que se desarrollan las actividades que derivan de este proyecto está situada en la misión de Lobur, situada a 250 km de Lodwar, en el Triángulo de Elemi en Turkana (Kenia). La tierra es árida y falta de nutrientes y por otro lado, el agua es altamente alcalina, lo cual hace del proyecto un verdadero desafío.

Beneficiarios

Directos: 130,000 personas viviendo en el norte de Turkana.
Indirectos: 850,000 personas viviendo en todo el área de Turkana que pueden tener acceso a la formación ofrecida por el programa o que pueden adquirir o producir alimentos a través de las granjas que los graduados establezcan en la región.

Trayectoria

La situación que ha predominado en Turkana durante la última mitad de siglo ha sido la de escasez tanto de agua como de comida. El cambio climático y el crecimiento de la población implican que las comunidades Turkanas no puedan seguir viviendo de sus rebaños y tengan que buscar desesperadamente otros medios de subsistencia. La endémica desnutrición lleva consigo todo tipo de complicaciones como pueden ser la salud, educación, actividades generadoras de ingresos o conflictos con otras comunidades.

El origen del proyecto Furrows in the Desert (FID) o Surcos en el Desierto, data de noviembre de 2009 cuando un grupo de matrimonios españoles visitaron Israel guiados por dos sacerdotes de la Comunidad Misionera de San Pablo Apóstol. Es allí donde pudieron contemplar el progreso que habían desarrollado los kibutz en el plano agrícola para regiones áridas. Dado esto, decidieron contactar con un profesor de la universidad de Tel Aviv que era el fundador de la primera organización internacional de voluntarios en Israel, Brit Olam. Él sería quien les pondría en contacto con el Centro de Desarrollo de Estudios Arava, en el sur del desierto de Israel.

Llevaría varias visitas a Turkana por parte de la gente de Israel para que estos pudieran entender el potencial de la infraestructura de recursos de agua creada por la MCSPA en el norte de Turkana como el elemento primordial para introducir la agricultura en el desierto. Desde este momento se comenzó a analizar muestras del suelo y del agua de la zona. Por otro lado, la MCSPA y las dos organizaciones Israelitas organizaron distintas reuniones para poder poner en común el proyecto. Sería en mayo de 2011 cuando se terminaría la propuesta completa para el programa de cultivos en Turkana y se enviaría a varias agencias de ayuda internacional. El programa tenía una duración de 10 años. En julio de 2012 comenzaría el trabajo sobre el terreno y el 21 de agosto el por entonces primer ministro de Kenya Raila Odinga, vino a este remoto rincón del país para inaugurar el programa. El 1 de octubre llegó el primer grupo de formandos a la huerta modelo. El director de la huerta comenzaría a dirigir el proyecto con la ayuda de dos voluntarios de Israel, un supervisor español y un coordinador de Turkana.

El programa consiste esencialmente en cursos de 6 meses desarrollados en la huerta modelo para grupos de entre 15 y 20 personas seleccionadas entre miembros de las comunidades semi-nómadas del norte de Turkana donde han sido creados recursos hídricos. El programa incluye materias como la preparación y tratamiento del suelo y compost, viveros, control de plagas, cocina de nuevos tipos de cultivos y educacin en las zonas centrales y del sur. a mayor educado a mbsistencia en Turkana. a seguir en la comunidad, puesto que demuestran a ón para la administración del huerto que incluye conceptos como matemáticas o marketing. Cuando el curso termina, las personas son enviadas de vuelta a sus comunidades donde desarrollan su propia huerta con la ayuda de dos asistentes. Estos equipos comienzan a formar parte desde ese momento de un nuevo ejemplo a seguir en la comunidad, puesto que demuestran a los demás que la producción de comida es posible y una fuente sostenible para la subsistencia en Turkana.

Situación actual y objetivos

Desde sus comienzos, Furrows in the Desert ha educado a más de 150 agricultores que actualmente están gestionando alrededor de 130 huertos, la mayoría en Turkana norte pero también en las zonas centrales y del sur. Aproximadamente un 12% de las personas que acceden al programa lo abandonan por diversas causas como puede ser enfermedades, mejores ofertas de trabajo o incluso la muerte. El éxito en términos de producción de comida y ventas varía considerablemente dependiendo de la zona debido a factores como la calidad de la tierra y el agua, la cercanía a los centros de población o las habilidades y disciplina de los graduados y sus asistentes.

En diciembre de 2014, todos los graduados decidieron formar la asociación de Granjeros Turkana San Isidro, donde podrían elegir sus propios oficiales y aprobar sus propias normas. Gracias al consenso entre los miembros, esta nueva asociación que fue registrada en febrero de 2015, permite a los agricultores emitir recibos oficiales por su producción y participar en ayudas gubernamentales para bienes consumibles y equipamientos para las huertas.

Los 17 formandos actuales de nuestro 5º curso de FID han sido seleccionados de 4 proyectos de la Cruz Roja en Kenia en la zona de Kaikor. Tras los 3 primeros meses en la huerta modelo de Lobur fueron enviados a sus comunidades, equipados con 80 viveros, para ayudar a renovar las habilidades del equipo de FID.

En Junio comenzamos a trabajar sobre una plantación de 5 acres en Lobur destinada a palmeras datileras para que en el futuro los graduados del programa puedan aprender de la gestión de esta especie, con especial atención al proceso de polinización. En el largo plazo, nos gustaría promover la inversión de empresas que quisieran cultivar esta especie alrededor del lago Turkana puesto que la datilera se adapta bien al agua alcalina y su fruta puede ser conservada con facilidad durante un año con un alto valor de mercado. Esto podría generar trabajo en el mercado laboral local e ingresos considerables a largo plazo.

Logros

Alrededor de 150 Turkanas han sido educados en la agricultura.
Se ha probado que la agricultura es posible y factible en Turkana.
La creación de la Asociación de Agricultores San Isidro permite a los graduados y a sus asistentes a crear sus propios negocios, emitir facturas oficiales por sus ventas e inscribirse en programas de ayudas gubernamentales.
Mejorar la nutrición de la gente de la zona, especialmente 2.500 niños que asisten a los centros materno-infantiles que gestiona la MCSPA.

Metas del programa:

Educar y apoyar candidatos para el desarrollo de la agricultura en el desierto.
Mejorar la calidad de la producción alimentaria a través de huertos productivos de carácter permanente.
Mejorar el estado nutricional de los más vulnerables a través de la introducción de verduras y frutas en las dietas de niños en las guarderías y escuelas.
Mejorar las capacidades operativas de los agricultores a través de una asociación legal.
Generar negocio a largo plazo a través de plantaciones de palmeras datileras y granados.

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