El domingo 22 de septiembre de 2024, finalmente cruzamos la frontera desde la Misión Ave María en Sudán del Sur hacia la República Centroafricana, siguiendo la única carretera que une ambos países. El P. Joseph Githinji, MCSPA, fue el último sacerdote que habían visto en la ciudad de Bambuti antes de que se viera obligado a salir de Sudán del Sur en 2018. Los Padres Avelino y Albert llevaban siete años esperando para visitar a estos cristianos, desde que el obispo español comboniano de Bangassou, Mons. Juan José Aguirre, les pidió que lo hicieran porque su diócesis no podía atender pastoralmente a estas comunidades. Habían estado bajo el control de milicias fundamentalistas islámicas que llegaron desde Níger y Chad. Estos grupos armados cometieron muchas masacres y aterrorizaron a la población a ambos lados de la frontera, hasta que nuestras milicias locales, llamadas los “Arrow Boys”, los expulsaron el pasado mes de mayo, tras semanas de intensos combates.
El grupo étnico Zande está repartido en tres países vecinos: Sudán del Sur, la República Democrática del Congo y la República Centroafricana. Cada vez que experimentan un conflicto en un país, migran al país vecino… y viceversa.
Cuando muchos de nuestros cristianos de las parroquias de Santo Tomás y Ave María vieron al sacerdote y a algunos aprendices dirigirse hacia el puesto fronterizo ayer, nos siguieron en motos, en bicis y a pie. Docenas de ellos nunca habían estado antes en Bambuti. Después de un tramo de carretera increíblemente difícil de 7 km y varias caídas, pasamos por los nuevos cuarteles del contingente de paz ruandés de la ONU y llegamos al pequeño recinto de la capilla, rodeados por cientos de fieles. La nueva Subprefecta de Bambuti, Madame Kumba, nos mostró el área, en perfecto francés. El Miembro del Parlamento, Monsieur Bernard, que acababa de aterrizar en helicóptero desde la capital, Bangui, nos dio la bienvenida y aseguró al pueblo que, a partir de ahora, las fuerzas de seguridad garantizarán el libre movimiento entre los dos países.
La atmósfera de alegría y reconciliación era palpable a través de los cantos en sangu (dialecto local), los xilófonos y tambores. Muchos años de temores y sufrimientos parecían haber quedado atrás. Muchas personas acudieron al sacramento de la Reconciliación, y la celebración de la Eucaristía fue muy participativa y llena de fe. En noviembre, las autoridades locales prometieron que el camino será nivelado, y una nueva oportunidad de paz y desarrollo florecerá nuevamente en esta región. ¡Gracias a Dios, a los Catequistas y a los cristianos de Bambuti por la perseverancia en su fe a pesar de las increíbles dificultades y desafíos!
Por los misioneros de la MCSPA
Misión de Ave María, Sudán del Sur