Escribo desde mi ciudad Esmeraldas-Ecuador, para dar gracias a Dios por la vida y testimonio que Paco nos regaló a la Iglesia Universal.
Para mí fue una bendición conocerlo y poder recibir de Paco esa visión de Pastor de una Iglesia viva, de contagiar a todos los que tuvimos la gracia de conocerlo. Puedo afirmar con razón que la vida de Paco es un canto al amor de Dios, a Dios que es Amor.
“Quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él” (1 Jn 4, 16).
Se viene a mi mente la imagen de Paco en Turkana junto a una presa de tierra, alrededor estaban unos niños maravillados de verla, Paco le dijo a uno de los chicos que lo acompañaba, que le fuera a explicar a los niños que era eso y como debían de cuidarla, él con su ejemplo nos enseñó que el preocuparse por los demás es un don que debíamos compartirlo.
Hoy se cumple un año más de la partida de Paco al cielo, y es un GRACIAS constante a DIOS por su ejemplo y por dar a la Iglesia estas estrellas que nos permiten en el día a día de nuestras vidas ver que el Evangelio no son unas simples palabras muertas sino que son palabras vigentes y actuales en nuestros tiempos.-Dios suscita personas que sean ellas mismas amor, que vivan el carisma de la unidad y la comunión con Dios y con el prójimo; personas que difundan “el amor-unidad” convirtiéndose a sí mismas, sus casas y su trabajo, en un “hogar” donde el amor ardiente se contagia e incendia todo lo que está a su alrededor.
Paco en su particularidad nos dio a conocer que el Evangelio está al alcance de cada uno: obispos y sacerdotes, adolescentes, muchachos y adultos, consagrados y laicos, esposos, familias y comunidades, todos llamados a vivir con radicalidad el Evangelio.
Para Paco el anuncio del Evangelio se basaba en llevar Buenas Noticias concretas a la gente, ayudarles a salir adelante, mejorando su calidad de vida, su formación humana y práctica, para poder valerse por sí mismas y vivir en la dignidad de los hijos de Dios. La desigualdad en la que vivimos en cada uno de los lugares en vías de desarrollo nos da a pensar que si nos tomáramos todos en serio las frases de Paco no abría lugar en el mundo que sufriera de hambre, ya que todos estaríamos preocupados por todos.
Me siento feliz por ser parte de esta gran familia que dejó Paco aquí en la tierra y segura que su legado vivirá por siempre porque simplemente es obra de Dios y las cosas de Dios perduran en el tiempo.
Una vez más GRACIAS PACO.
Con cariño
ANGELA SOLANO.