El carisma de la Comunidad Misionera de San Pablo Apóstol es vivir intensamente la espiritualidad de Cristo, Buen Pastor, con la dimensión de llamar vocacionales a vivir el Evangelio y dejarse conmover por el sufrimiento de las personas.
Lo hacemos al estilo de San Pablo Apóstol con la dimensión de ser itinerantes y convertirnos en puentes entre mundos divididos.